Especial.- Tal como estaba previsto en la programación diocesana, Monseñor Gerardo Salas Arjona, obispo de la Diócesis de Acarigua-Araure, presidió el Jubileo de las Familias, «lugar de encuentro de amor y paz», que tuvo lugar en parroquia Sagrario Catedral Nuestra Señora de la Corteza.
Un hermoso mensaje trasmitió el excelentísimo Obispo a las familias de Nazareth presentes en este día, destacando tres aspectos, centrales sobre la experiencia del amor de Dios, la alegría, y la disponibilidad. En función de esos elementos mencionó, en primer lugar, el deseo del recordado papa Francisco, quien en su oportunidad expresó que la experiencia del jubileo sea para todos, lo cual implica salir de la comodidad y la costumbre; sea algo más que una ocasión, se convierta en una oportunidad para ser signos visibles de la alegría, de la paz, del amor, de la felicidad, de la acción transformadora de la familia y la sociedad. También, resaltó el deseo de que la familia sea portadora de luz, de esperanza, puesto que sin ella «el mundo sería un cementerio». La esperanza es el acicate y el fundamento de toda iniciativa, dijo.
Finalizó su discernimiento el prelado, invitando a las familias de los llanos centro occidentales, a «ser semilleros de esperanza».
Una vez culminada su homilía, aprovechó para felicitar al equipo de trabajo que desde la pastoral familiar diocesana, mostraron el sentido de pertenencia, impulso y creatividad necesarios para llevar a feliz término el jubileo.
La jornada se convirtió en un lugar de encuentro y esparcimiento familiar, con abundancia de alimentos y bebida para los asistentes, juegos de recreación para niños y jóvenes, atención médica, corte de cabello, entre otros detalles para con los adultos mayores.
El evangelio proclamado correspondió a Lucas 1, 39-56
/Pastoral de la Comunicación Catedral Mayami Alvarado
Monseñor Gerardo Salas: «El Jubileo de las Familias es un lugar de Encuentro, Amor y Paz»
