Comenzamos este escrito con una respuesta inmediata a su título: la oposición venezolana necesita ser oposición, nos explicamos:
¿Qué observamos en este sector político? En primer lugar, nos topamos con un falso liderazgo, investido como tal por el propio chavismo. Las instituciones psuvizadas otorgaron las direcciones de algunas de las organizaciones políticas más importantes a un puñado de personeros, nos preguntamos ¿Cuándo las instituciones “profundamente chavistas” han beneficiado a la oposición? ¡Nunca! han beneficiado siempre al régimen y a sus aliados, en consecuencia, quienes fueron beneficiados con direcciones partidistas vía judicialización de estos partidos, no son opositores sino aliados rojos, por eso solo atacan a la oposición reconocida, piden levantamiento de sanciones cuando las causas que las generan empeoran y participan en procesos electorales absurdos. Lo primero que requiere la oposición venezolana es llamar las cosas por su nombre, estos señores son chavistas, punto final.
En segundo lugar, no se puede ser oposición secundando la agenda/caprichos del régimen, “dialogando” cuando y dónde el chavismo lo pide, elecciones inconstitucionales, antidemocráticas, aceptando lo ilegal e ilegítimo como normal. El país requiere una oposición capaz, con agallas, que sepa imponer la agenda. La oposición actúa como sí ella fuera la ilegal, como sí “el lado correcto de la historia” estuviera a favor del régimen y no es así. Debe planificar y ejecutar asumiendo el chavismo es el gobierno más repudiado en toda la historia de nuestro país y de la región, que además de sancionado sus figuras están solicitadas.
En tercer lugar, la oposición debe olvidarse de la democracia, en nuestro país hace mucho tiempo dejó de existir, no se puede ser democrático con quién es la antítesis de este sistema de gobierno. Las veces que el chavismo ha estado de rodillas ha sido a través de la presión social, es su criptonita, hoy mucho más cuando depende exclusivamente del secuestro institucional.
En cuarto lugar, la oposición debe saberse una más en la complexión del país. Debe aliarse con la sociedad civil, con todos los sectores, los gremios… unir esfuerzos. La planificación y ejecución de las acciones arriba señalas deben realizarse tomando en cuenta todas las realidades/necesidades imperantes en la nación.
Más que unidad, igualdad. Ninguna organización, histórica o reciente, llega al 5% y unidas apenas rozan dos dígitos. Además, en las actuales condiciones de desinstitucionalización y sin democracia, no debería haber elección en qué pensar. Se requiere un liderazgo con visión de Estado, que no vea partidos, sino nación.
En quinto lugar, urge una conducción que se reconecte con los venezolanos, incluso un liderazgo extra partido no sería descabellado.
Las primarias son una buena herramienta mientras sean coherentes y sean celebradas con suficiente participación, transparencia, pero también (e incluso mucho más) las acciones… los hechos son los que restituirán la confianza.
Son cinco ítems que engloban las principales necesidades del rol opositor, el tamaño de la encomienda es mucho mayor que la suma de sus partes, pues no solo hablamos del país, sino de la región y, se ha demostrado, de buena parte del planeta. Nuestro país hoy está acéfalo, quienes detentan el poder lo hacen exclusivamente a la fuerza y quienes son los encargados de hacer retorne la ley, la democracia, se encuentran totalmente desenfocados, de espalda a los ciudadanos, carentes de confianza.
El liderazgo requerido debe comprender no es momento de partidos, sino de nación, por eso, en quienes recaiga la responsabilidad deben atenerse los requerimientos aquí descritos.
LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ
@leandrotango