El socialismo del siglo XXI: Un plan continuado para acabar con la economía productiva del país

No se puede procurar el desarrollo económico y al mismo tiempo desconocer las variables que actúan como fuerzas motrices, o en su defecto destructivas de la economía de un país.

Así actúa el gobierno de Nicolás Maduro a través de sus políticas, completamente contrario al crecimiento económico, situación que nos mantiene arbitrariamente atados a una indeseable crisis, que lejos de mejorar como algunos ingenuamente piensan, se profundiza en la casi desaparecida clase media y los grupos sociales más vulnerables.

Para que haya crecimiento económico debe existir una demanda sostenida de bienes y servicios producidos principalmente el país; sin embargo, la precariedad de los salarios afecta profundamente la demanda interna venezolana, lo que hace que las empresas trabajen en promedio a menos de la mitad de la capacidad instalada y aumente de desempleo, provocando una mayor contracción en el intercambio comercial.

Por otra parte, la calidad de los servicios básicos es otro factor que influye negativamente en la economía del país. Los racionamientos eléctricos, el pésimo suministro de agua de calidad y las elevadas tarifas que ahora acaban de implementar, hacen que los empresarios y comerciantes pierdan valiosas horas de trabajo y obtén por hacer nuevas inversiones para hacer frente a este problema, que en ambos casos se traducen en elevados costos de producción y por ende en precios más altos en un mercado donde el poder adquisitivo ha desaparecido.

Otro problema es la falta de financiamiento, aunque en el sector agrícola se ha creado una especie de mercado negro con prácticas de usura insuperables a la que el gobierno nacional y, particularmente, el ministerio de agricultura, pese a las innumerables denuncias se hacen de la vista gorda.

Como para poner la guinda en el pastel, ahora el precio del maíz lo ponen los industriales y el gobierno nada hace. Será necesario recordarle al ministro Wilmar Castro que es responsabilidad suya y del ministerio de Comercio establecer los precios anualmente y de una manera oportuna (antes del inicio del ciclo de cosecha) y mediante acuerdos con el sector agrícola del país, el precio de la caña, el maíz, el arroz, café etc. ¿O acaso juegan a la quiebra económica de los productores venezolanos?.

Las vías agrícolas están intransitables, la inseguridad jurídica, la falta de financiamiento, sueldos de miseria, el desconocimiento de las contrataciones colectivas de los empleados públicos, el aumento del combustible, el incremento del pasaje en el transporte público y la voracidad fiscal son algunos de los obstáculos que tenemos que enfrentar para salir adelante, lo que seguimos aferrados a quedarnos en Venezuela.

Por otra parte, pareciera que el plan del gobierno es acabar con la economía del país y si no lo es, todo apunta a que ese será el resultado si nosotros lo permitimos.

Por Froilán Sánchez

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