PRAGA.- La Comunidad Política Europea se ha puesto en marcha. En un inédito formato que evidencia el aislamiento de Vladimir Putin siete meses después del inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, 44 líderes del continente se reunieron este 6 de octubre en República Checa. Sus participantes la consideran una gran muestra de solidaridad de un continente sumido en múltiples crisis, desde las repercusiones de la guerra en materia de seguridad, hasta una aguda crisis energética.
Buscar un nuevo orden sin Rusia. Desde Gran Bretaña hasta Turquía, 44 líderes del continente se reúnen este jueves 6 de octubre en Praga para concretar ese objetivo. «No significa que queramos excluir a Rusia para siempre, pero esta Rusia, la del presidente Vladimir Putin, no tiene asiento», declaró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
La cumbre de la Unión Europea y sus vecinos es la sesión inaugural de la Comunidad Política Europea, un formato ideado por el presidente Emmanuel Macron en mayo.
«Es ante todo un mensaje de unidad para nuestra Europa», explicó el líder francés. El mandatario también habló de su deseo de construir una «intimidad estratégica» entre los países presentes, sean o no miembros de la Unión Europea.
Y es que el encuentro de Praga reúne a los 27 países del bloque con otras 17 naciones europeas. Algunas de ellas están a la espera de entrar en la UE, mientras que Reino Unido es el único que ha salido de ella. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski hablará por su parte desde Kiev por videoconferencia.
Una reunión simbólica para un continente sumido en múltiples crisis
Durante el evento, siete meses después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, la primera ministra británica, Liz Truss, destacó la importancia de presentar un «frente europeo unido» contra «la brutalidad de Putin».
En ese sentido, la foto de familia tomada en el imponente castillo de Praga pretendía demostrar la solidaridad que une el continente en un momento en el que Europa teme los efectos de la crisis energética debido a la guerra en Ucrania al acercarse el invierno.
Sobre ese tema, Emmanuel Macron declaró que su prioridad era construir más conexiones eléctricas en Europa y bajar los precios del gas: «Compartimos un mismo espacio. A menudo, la misma historia. Y estamos destinados a escribir nuestro futuro juntos. Espero que seamos capaces de conseguir proyectos comunes».
Una cumbre sin declaración final
A pesar del ambiente de unidad, se hicieron notar dudas sobre los objetivos y acciones concretas del foro. El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, dijo así que no se esperaba ninguna decisión en la reunión simbólica, que la UE había presentado como un mero «intercambio inicial» de ideas.
En efecto, el programa de esta primera cumbre no incluía una declaración final firmada por todos los participantes.
Por el tamaño del encuentro, así como por su diversidad y las tradicionales rivalidades entre muchos de sus miembros, desde Armenia y Azerbaiyán hasta Grecia y Turquía, esta nueva estructura plantea varios interrogantes sobre sus contornos, su función y, sobre todo, su durabilidad.
Los 27 países de la Unión Europea se reunirán por su cuenta el viernes y las tensiones se centrarán en cómo limitar los precios del gas para contener los crecientes costes energéticos que están perjudicando la recuperación económica del continente.
EFE/ Reuters/ AFP/