Cinismo con C de …


Yo sé que no sólo de pan de vive el hombre. Y en el gobierno que presidí me gustaba que el pueblo disfrutara de eventos de primera línea, elevando a Mascarada junto al inolvidable Edgar Cadet a primer espectáculo de calle en Venezuela, conciertos, el Festival Internacional de Música Llanera El Silbón, los festivales de danzas, teatros y títeres, la Serenata a Guanare, actos políticos con artistas de talla nacional e internacional. No olvidan los jóvenes de entonces a Chayanne, Fulanito, Los Ilegales, Juan Gabriel, Reinaldo Armas, los grandes de la canción venezolana, Carlos Baute, Serenata Guayanesa, Guaco, Calle Ciega, durante los casi cinco años que fui gobernador. En tiempos que llegó el petróleo a ocho dólares el barril, pero que el Ejecutivo nacional hacía los esfuerzos necesarios para que el salario no bajara de 350 dólares mensuales, en tiempos de Caldera y Teodoro Petkoff en Cordiplán.
Pero hoy, convertir el cumpleaños de la ciudad con el perverso adelanto de las navidades para derrochar lo que no se tiene, por ejemplo, oferta eléctrica y recursos, en esta cachetada para los habitantes de escasos recursos económicos es la mayor demostración de cinismo de la pareja imperial que gobierna a Portuguesa. Esa prepotencia, ese diluir de dinero en luces y ostentación, sin precedentes en nuestro estado, es como meterse una borrachera de una semana, gastarse lo poco que tiene para matar un despecho y volver a realidad con el mismo desamor.
Primitivo Cedeño de verdad no tiene vergüenza. Mientras se le muere un niño de siete años por falta de suero antiofídico en pleno siglo XXI en un hospital, mientras las ambulancias y patrullas que mostró en esos shows publicitarios que monta, sin que sepa su destino y ni a qué UBCh le entregaron para el 1 por 10 del “buen gobierno” o para la campaña electoral adelantada que, a todas luces, muestra para lo único que sirven: andar desesperados en busca de una minoría que pueda vencer al sueño de una oposición dividida.
Mientras los hospitales están en el suelo, el bunker oncológico que prometió en enero y ni las máquinas de radioterapia funcionan, se gasta una bola de billetes en artistas, luces, y él se pasea por el estado, con una catajarra de camionetas último modelo y más de cuarenta personas que diariamente le deben costar un dineral en viáticos, comida y gasolina, al escuálido presupuesto regional. Mientras la vialidad rural está destrozada, agravado por las lluvias que no cesan, mientras los racionamientos continúan en las barriadas de Guanare y en todo el estado, él se pavonea declarando a la capital como la más iluminada del país, el casco urbano, por lo demás.
Cinismo de Cedeño como el que muestra cuando asiste a una asamblea nacional de caficultores en Biscucuy, ataca al Alcalde, aplaude un acuerdo donde se llega a un precio justo y luego calla, cuando el general Alfredo Mora, de la Corporación del Café, deroga ese acuerdo que él mismo firmó.
Cinismo de Primitivo cuando llega a la Cámara de Comercio de Acarigua-Araure, después de atropellar durante años como alcalde de Araure, a sus afiliados y a todos los comerciantes del municipio o como pretendía con la ilegal e inconstitucional Ley del Sistema Tributario, que sancionaba con exageradas multas hasta por el modo de caminar el ciudadano portugueseño.
Cinismo de Cedeño cuando asiste a la toma de posesión del tercer Obispo de Acarigua-Araure o recibe la reliquia de José Gregorio Hernández en el Palacio Ejecutivo cuando él pertenece a secta religiosa opuesta al catolicismo en nuestro país y como ordenó cambiarle el color negro de las cercas al Hotel Coromoto, porque sus creencias no se lo permitían.
Cinismo de un tren de gobierno que se refocila en marcas y buen vestir, en francachelas y vehículos de última generación, pero que reciben en los despachos y le dicen a la gente que no hay dinero para un remedio, una delegación deportiva o unos viáticos para la representación de Portuguesa por algún atleta, o una ayuda para una operación que en la cuarta república se hacían en operativos y en los centros dispensadores de salud, a pesar de la crisis.
Cinismo es colocar a una señora que nada tiene que ver con Guanare, en una sesión solemne a celebrar los 431 años de la capital, con un discurso politiquero que nada se parece a la aspiración de ciudadanía de ser palanca del desarrollo regional.
Cinismo de Cedeño cuando se niega a prestarle un hidrojet, un cisterna o un camión para colocar las luminarias en los municipios gobernados por decisión popular, por los cuatro alcaldes de la dignidad portugueseña. O simplemente, ni siquiera mencionar en un mensaje, un pesar por la muerte del niño porque este régimen perverso se murió porque su familia no pudo reunir los 270 dólares que cuesta el suero para parar el veneno de la mapanare.
Ya te dije Primitivo: no tienes perdón de Dios.

IVÁN COLMENARES

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