Denuncian que techo de la Escuela «Miguel Otero Silva» de Acarigua se desmorona por filtraciones y falta de mantenimiento

Pedro Galdón.- Representantes de la Escuela Básica Bolivariana «Miguel Otero Silva» de la Urb. La Goajira de la ciudad de Acarigua denunciaron que el techo de sus salones está a punto de desplomarse por los efectos del copioso flujo de agua a través de las cuantiosas filtraciones que posee actualmente por falta de mantenimiento, poniendo en grave peligro, no solo la continuación del año escolar en curso, sino la integridad física y la mismísima vida de los niños que reciben clases en la institución y los trabajadores que en ella laboran.

Una de las denunciantes, Jhoanna Ochoa, manifestó que las hendiduras en el techo de la escuela han provocado fisuras y el humedecimiento, abombamiento y desprendimiento del friso en él y en las paredes que lo sostienen, al punto que, en días lluviosos, «es más el agua que cae dentro [de los salones] que la que cae afuera», y que, aun pasados dos o tres días después del aguacero, siga precipitándose en el interior de los recintos de clases como si este no hubiese cesado, lo cual ha coadyuvado a que el moho se haya apoderado de la mayor parte de la superficie de las susodichas estructuras.

Señaló que la zona más afectada por las filtraciones y, ergo, que corre más riesgos de derrumbarse es la segunda planta de la edificación, cuyos nueve salones, dos aulas ambientales y dos baños han sido los «receptáculos primarios» del agua de lluvia que pasa por las fisuras y de donde el líquido se enrumba hacia las plantas inferiores de la escuela donde su hendido sustrato le permita.

Asimismo, aseveró que fragmentos del techo caen regularmente al piso de los salones y, en algunos de ellos, se han precipitado por «pedazos» durante los chubascos; que, en varias ocasiones, pequeñas porciones del friso han caído sobre los cuadernos de los alumnos; y que las maestras, por tales desprendimientos, han tenido que evacuar a los niños para resguardarlos de un potencial derrumbe.

Además, apuntó que la perenne humedad y los efectos de la casi omnímoda presencia del moho en las paredes, derivadas de las mentadas filtraciones, están dañando el mobiliario de las aulas de clase y han ocasionado que los niños padezcan enfermedades respiratorias, convirtiendo esta situación, otrosí, en un problema de salud.

Ochoa afirmó que Protección Civil y el cuerpo de bomberos de la ciudad han inspeccionado la infraestructura de la escuela y los susodichos problemas que esta presenta, y que, en sus informes, han destacado que es «una zona de riesgo muy alta para los niños que allí ven clases».

Baños y fachada en condiciones similares

Por otro lado, Ochoa declaró que los baños y la fachada del «Miguel Otero Silva» están corriendo una suerte similar a la del techo por la misma causa: falta de mantenimiento.

Expresó que los sanitarios de la institución tienen los grifos dañados, las pocetas rotas y las tuberías tapadas, lo que hace que, al intentar «bajarlas», el agua vertida en los retretes se devuelva y se desperdigue por todo el piso. Además, declaró que, de los doce baños que posee la escuela, solo dos son «medianamente usables», y el personal debe buscar agua fuera de la institución para las pocetas y los lavamanos de ambos, y estar constantemente secando sus pisos para que los niños, que se ven obligados a «hacer cola» para entrar en ellos, puedan hacer sus necesidades.

En cuanto a la fachada, dijo que la mayoría de las ventanas de las aulas de clase no tienen vidrios, permitiendo que las palomas, los murciélagos y cualquier animal que pueda atravesarlas, se alojen, aniden y defequen en su interior; que, en pintura, «está fatal» y la escuela tiene «muchísimos años» que no se pinta; y que, en consecuencia, requiere de una «restructuración» total.

Otra de las representantes de la escuela, Nataly Pacheco, dijo que los vidrios de las ventanas de la fachada caen ocasionalmente, por acción de las palomas o por la caducación del pegamento que los mantiene adheridas a ellas, amenazando con malograr a alguno de los niños que pasan debajo.

Denuncias sin contestar, y una llamada de ayuda

Jhoanna Ochoa declaró que los directivos y los representantes del alumnado han denunciado en todas las instancias gubernamentales posibles esta situación, enviando fotos y oficios, mas sin obtener respuestas positivas a dichas solicitudes y reclamos, lo cual ha movido a los representantes a tomar la iniciativa de «alzar la voz» por otros medios para informar sobre la gravedad del estado de la escuela.

Por consiguiente a todas estas problemáticas, los representantes solicitaron a la Alcaldía del Municipio Páez, a la Gobernación del Estado y a sus respectivos dirigentes, como también a todos los potenciales colaboradores, que «les den una mano amiga» para restaurar las instalaciones de la escuela y, por ende, los niños puedan estudiar y hacer vida en ellas óptimamente y con seguridad.

«Por eso le pedimos de favor, tanto al alcalde como al gobernador, y a todas aquellas personas que puedan apoyarnos para que los niños no tengan que paralizar las clases, para que podamos continuar con el año escolar y que todo marche como debe ser, sin que los niños corran ningún tipo de peligro y que no tengan que perder ningún tipo de clase», dijo Ochoa.

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