QUO VADIS / NAVIDAD VENEZOLANA

Arribamos a tiempos que otrora apaciguaban los ímpetus y nos daban sensaciones de paz y buenaventuranza. Las navidades han sido en nosotros los venezolanos, una quimera de cosas y deseos de buena voluntad.
Tiempo en el que junto a la familia soñamos con los ojos abiertos mientras nuestros niños esperaban al Niño Jesús. Donde la cena con la hallaca, pan de jamón, ensalada de gallina y pernil era la predilecta de propios y extraños. En fin, navidad eran tiempos de gaitas y de Billos compitiendo con los Melódicos por las mejores canciones que hasta ahora marcan aquellos buenos tiempos. Esa era la Navidad de mi infancia, con los estrenos y la emoción de los fuegos artificiales.
La Navidad de estos últimos años (y no solo la navidad), son sin paz y sin armonía. Son las navidades del desespero, del estrés por la falta de plata, por las colas de la gasolina, por la subida inusitada y sin control del dólar. Ahora este tiempo de navidad está lleno de preocupaciones y desaliento. Nada alcanza, nada genera esperanzas porque hasta eso hemos perdido. Nuestro gobierno no tiene respuestas sobre los verdaderos problemas de la gente; existe un divorcio abismal entre la intención y el logro. Se ufanan con fiestas de luces solo en las plazas y zonas céntricas, pero en los barrios todo sigue en sombras como las de los sueños aniquilados de un mejor vivir en nuestro país. Vemos caras tristes y otras cansadas de tanto tedio y desidia de no entender qué tan ineficiente es la política nacional.
Sueldos en bolívares que no piensan ajustar según versión del actual Ministro del Trabajo; ojalá y todos ganáramos ese sueldo de obrero del Metro que cobra el Ministro para poder vivir a ese nivel, de dolce vita que no solo él sino todos los que hoy día como Ministros ganan 700 Bolívares, un sueldazo pues.
De seguro esas navidades de la elite puede gastar en Avanti y demás tiendas de la cosmopolita clase social gobernante.
Nuestras navidades actuales están marcadas por el sino de la tristeza; no hay paz de la pascua.
Quiero pedirle a nuestro gobierno dentro del marco de los derechos civiles y constitucionales que me asisten como ciudadanos, que nos den respuesta cierta del porqué no hay gasolina, pero que las iguanas no vayan a tener la culpa. Que nos digan porque no entienden y asumen que la economía está dolarizada y por ende los sueldos y salarios deben equipararse a esa divisa. Pido que asuman darles al país mejores tiempos alejados de esa fórmula nefasta de la negación y cierre de oportunidades en un plano de justicia e igualdad para todos. Que las cúpulas dejen sus monopolios de corrupción y piensen en el futuro de nuestros niños y niñas. En fin, dennos una feliz Navidad como desiderátum de algo bueno que puedan hacer.
Es de hombres serios asumir las culpas. Asúmanlas.

RAFAEL GARCÍA

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