Bueno, yo con ésta me despido por este año que, en medio de tanta crisis, no recuerdo haber vivido uno peor que éste que termina dentro de 18 días. Un diciembre con una inflación voraz que se tragó al salario, un régimen que responde con más errores, incluso repetidos, el país de las más grandes reservas de petróleo y gas, sin combustible. Tan mal, tan mal que ni siquiera el pernil que antes anunciaban y no daban, de ése tampoco se ha escuchado nada.
Sin embargo, el 23 no pinta mejor. Maduro, por boca de su hijo, dice que no hay más diálogo, donde podía conseguir válvulas que bajaran la presión, porque lo de Chevron es lento y los recursos “robados por Guaidó” como gritaban desaforadamente Diosdado y su carnal inquilino de Miraflores, no los van a poder manejar, aunque chillen más que marrana en bicicleta, porque eso lo hará la ONU, exigencia de la Plataforma, para evitar que se los roben. Vamos a ver quiénes son los que manejan esos recursos. Por ahí, puede venir la sangría.
Por ahora dejamos inquietudes. La situación a lo interno del PSUV viene sabrosa para enero. La nueva presidencia del Consejo Legislativo, los cambios en el gabinete, los encontronazos entre las corrientes de Diosdado y Maduro, las regionales de Castro y Tivo, a pesar de que se abracen mucho para las fotos, son nudos gordianos que deben pasar los rojos para enfrentarse a un año preelectoral o electoral, depende del CNE tutelado. Lo cierto es que los procesos que han vivido a lo interno, les da mucha piquiña porque la capacidad de movilización. No llegan al millón de electores rojos, rojitos, duros. Eso no quiere decir que estén perdidos, juegan a la división de la oposición seria, y se reinventan siempre. Pero hay rebelión en la granja y preocupación en la cúpula.
El fracaso de la Expoferia más grande del país y la tercera de América fue estrepitoso. Una fallida inauguración con una supuesta caída de energía en el estado más alumbrado de Venezuela, ministros que no cumplieron, Maduro que no le paró bolas. Medios arrodillados que trasmitían hasta gratis. Fabricaron un estacionamiento de 10 mil metros cuadrados, con movimiento de tierra y engranzonamiento, mientras no hay material granular para las vías rurales. Lo único bueno fue que aparecieron las patrullas y las ambulancias. Esos vehículos salieron en caravana con bombos y platillos el 28 de junio de Barquisimeto y llegaron a Araure el 2 de diciembre. Cinco meses para recorrer 60 kilómetros. Claro, fueron usadas sin rotulado en las elecciones internas del PSUV. Y el ridículo lo hizo con cuando señaló públicamente que la aerolínea Estelar había iniciado regularmente los vuelos entre Maiquetía y Araure. La empresa lo desmintió categóricamente. Las costuras son intensas y las rabietas narcisistas de quien cree que sigue siendo el papá, se hacen cotidianas en la voluminosa figura y en el poco cerebro del sujeto.
Este es año es tan malo que hasta el toñeco rodó. El Gobernador con su peligrosa mano controla hasta el último centavo. Los secretarios y directores no tienen partidas para donaciones, resolver cualquier gasto corriente inmediato o simplemente, auxiliar a un camarada. Todos, menos uno, deben consultar al primer mandatario regional. Esa excepción de la regla se llama José Ángel López, el toñeco de Primitivo, superdirector de operaciones especiales, que nadie sabe qué hace, pero cómo gasta. A éste, también le quitaron ese privilegio, porque se gastó sin explicación alguna, la bicoca de 270 mil dólares en menos de dos meses. Y lo agarró el chacal.
Por mi parte, una vez mi eterno agradecimiento a los pocos lectores que me quedan y a veces siento, que tengo que seguir escribiendo porque es una forma de drenar las rabias e impotencias ante tantas cosas que se pueden hacer y el despilfarro y la corrupción son las conductas preferidas de estos individuos. A Última Hora, mi casa de siempre, con el que sueño abrir sus páginas en papel, antes del desayuno, A Primicias Portuguesa y su jefe de información, Elías Díaz, a Enrique López, al Periódico de Occidente que regresó en físico, a PortuTV por mantenerme en su parrilla con Ibrahim Saavedra a la cabeza, Especial Televisión en Chabasquén, a mi gran amigo y solucionador de problemas técnicos, Giovanni Azuaje, a Gustavo Colina y Arsenio Alejo y Elizabeth Pachano, en la siempre amenazada Sonora 107.7 de Gabriel Yorki, muchísimas gracias por permitir tener esta ventana abierta.
Y a ustedes, y a todos los que habitamos en esta tierra de esperanza, aunque sabemos que la vaina está muy arrecha, la esperanza es lo último que se pierde. Hay que decir como Alí Primera: No basta rezar. Hay que organizarse, hay que unirse, hay que trabajar, ir al contacto de la decepción y la desesperanza para convertirla en voluntad de cambio. De todos modos, feliz navidad.
Iván Colmenares
