Pedro Galdón.- El presidente estadal del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), Édgar Rivero, aseveró que las manifestaciones efectuadas por los trabajadores del sector público del pasado lunes 23 de enero en los principales núcleos urbanos de los catorce municipios del estado Portuguesa ratificaron «el grito imponente de un pueblo que clama soluciones» y fueron todo un «éxito pacifico, cívico, democrático y constitucional».
Afirmó que, en estos «tsunamis» de gente, los portugueseños clamaron en pro de la «defensa de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a favor de la Educación pública y la dignidad de toda la ciudadanía que pide acciones y hechos tangibles frente a una crisis que demuele con hambre la esencia de núcleo familiar», pese a las «manipulaciones y el patrón de artilugios utilizados por Primitivo Cedeño y el PSUV».
Rivero declaró que, a su juicio, el Gobernador del estado y su partido están siendo «mal asesorados», y que le corresponde al primero «colocar el oído en el pavimento» y, ergo, no ocultar lo inocultable, lo que alzaría la «irresponsabilidad y falta de compromiso de un pueblo que amerita atención y soluciones a sus demandas», sino «actuar con entereza».
Igualmente, sostuvo que es «cínico» mantener la «retórica trillada del bloqueo y sanciones económicas», que, según él está «saturada de tanta mentira» e «irrespeto», cuando el Estado obtiene la cantidad de recursos de sus ventas internas y exportaciones para satisfacer la «partida presupuestaria de gasto» nacional, y los salarios que le otorga a sus trabajadores son inversamente proporcionales a sus ingresos y a las necesidades de sus empleados.
El dirigente de UNT dijo que es menester que las autoridades gubernamentales abonen «el camino del entendimiento sin vacilación de ningún tipo» y tengan «voluntad política» para enmendar sus equivocaciones, por lo que invitó a Cedeño a ser pregonero «de lo que viene ocurriendo en cada protesta pacífica».
Asimismo, manifestó que el pasado lunes confirmó que la mayoría de los connacionales aguardan una «respuesta económica factible y ajustada a los niveles de inflación que vivimos», y que, si las autoridades no rectifican sus acciones, los ciudadanos seguirán «en la calle en su justo reclamo».
