QUO VADIS/ MODERNIDAD LÍQUIDA

Vamos a pasos acelerados en todo el entramado del desarrollo intelectual del hombre en el mundo. Cada día, vemos cómo aparecen innumerables tecnologías en los diferentes campos de la actividad del ser humano. Desde la medicina, pasando por los diseños del cosmos y su composición molecular hasta plano de infraestructuras, arte y hasta el cine.
De la mano de esto, la cultura, o arraigo a las tradicionales ancestrales permanecen aún inoculadas en la sangre y a patrones de los pueblos, como marca indeleble de tiempos pasados que conviven con esta inmensidad del crecimiento humano.
Esta corriente de desarrollo; a ratos se riñe con el comportamiento del hombre en sociedad y por ende en la política, considerando a esta última como ciencia social inequívoca.
Así pues, el concepto de “modernidad líquida “, nos deviene del polaco Zigmunt Bauman, quien fiel a sus postulados sobre la tesis social del hombre, se pasea por todo un espectro de análisis filosófico, entendiendo que esta sociedad avanza desmesuradamente dejando atrás patrones del estatismo en que podían concebirse las relaciones de ese comportamiento.
Zygmunt Bauman, acuñó el término de modernidad líquida a los tiempos actuales, basándose en los conceptos de fluidez, cambio, flexibilidad, adaptación, entre otros. Bauman afirma que lo “líquido” es una metáfora regente de la época moderna, ya que esta sufren continuos e irrecuperables cambios. Asimismo, lo líquido no se fija en el espacio ni se ata al tiempo, se desplaza con facilidad, no es posible detenerlo fácilmente; y todas estas son a la vez características fundamentales de las actuales rutinas diarias.
En atención a este pensamiento filosófico traspolado a la política, observamos cómo cíclicamente van ordenándose los sistemas de gobiernos en el altermundo. Con mayor precisión en Latinoamérica. Somos testigos a finales del siglo XX, cómo irrumpió el criterio del socialismo del siglo XXI bajo la égida de Chávez en Venezuela el cual se irradió paulatinamente en diferentes países como Argentina, Chile, Ecuador, Bolivia, Peru, Uruguay, Brasil y Paraguay; Colombia se tardó en este marco del tiempo al igual Mexico, mientras que Panamá fue inestable en su accionar, pasando por Nicaragua donde aún permanecen vestigios de un sistema que ahora tiende a la dictadura abiertamente comunista, en contraposición a El Salvador donde Bukele muestra un amplio estilo de política no liquida, sino por el contrario abiertamente sólida. Europa no escapa a estas ideas de liquidez política y vemos cómo en España día a día se hace más difícil arraigar este concepto socialista, al igual que ocurre en Francia, Londres entre otros. Italia, de la mano de su primera ministra, se ancla en un sistema de orden que deviene de una política sólida, se consolida sobre valores morales y éticos y vale decir que se ha enfrentado abiertamente a ciertos cambios que ni el Papa se ha opuesto. Valores como la familia, la no diversidad de sexo, la protección del matrimonio heterosexual eliminando el despliegue de movimientos de LGTBI, imponen una visión interesante del desarrollo contrapuesto de estos sistemas.
Es sabido ya, que tanta permisologia solo lleva a la debacle y desorganización del Estado; a la pérdida de carácter del orden de la Ley.
Venezuela hace gala de una estructura más que maleable o líquida, yo diría que gaseosa por lo efímera y falta de todo. Lo aquí planteado a todas luces es una élite de poder que concentra todo resquicio de la estructura productiva del Estado con el único afán del beneficio personal. Lo liquido de Bauman se desarticula en evaporaciones de los dineros públicos en cuentas de la élite sin control ni forma de rendición de cuentas; a la par de que controlan hasta la paz social. Sin duda, este sistema permite tener el poder más allá de lo que el propio Maquiavelo había propuesto en el”El Príncipe”, ya que allí siempre estaba a salvo el honor y sapiencia del monarca, mientras que el cambio aca es visceral, ya que no importa el señalamiento ni la implicación, pues al pertenecer a la élite, está garantizada la participación por más corrupta que ésta sea. De suerte entonces que Bauman y Maquiavelo tendrán que revivir para reescribir sus tesis. El Socialismo del Siglo XXI, nadie sabe lo que es, pero quienes lo vivimos entendemos que es la destrucción de la sociedad tanto líquida, sólida y la ancestral.

Rafael García González

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