BARCELONA.- Fue un baño de masas. Hacía tiempo, desde 2018, cinco años nada menos, que la afición del Barça no salía a la calle para exteriorizar su alegría por la consecución de un título. En 2019, con el doblete Liga y Copa, no se celebró porque había un inmediato compromiso de Champions League ante el Liverpool. Y tantas ganas acumuladas acabaron convirtiendo la doble rúa, la masculina y la femenina, en una procesión festiva con miles y miles de personas escoltando a los protagonistas.
Para los más jóvenes, la nueva generación azulgrana, la tradición de ver desfilar a sus ídolos se convirtió en una sorprendente y alucinante novedad. En la ‘xavineta’, Xavi y el staff técnico estaban ubicados en la parte delantera. El técnico fue, sin duda, el más aclamado. Muchos le rogaban el título de Champions League.
Las ovaciones y los cánticos, con ‘Un dia de partit’ como ‘hit’ principal, se fueron sucediendo. Desde los balcones (una aficionada mostró una cartulina a escala real de De Jong), subidos a las paradas de autobús, en los capós de los coches, en los contenedores o a pie con resignación, cualquier sitio valía para ver a los campeones. La Guardia Urbana contenía a la multitud para que no se acercase en exceso a los autocares. Tuvieron trabaja en los 6,8 kilómetros que duró.
Uno de estos hinchas culés, enfundado en una camiseta con el dorsal 6 de Gavi, lanzó el móvil para que Ferran Torres se hiciese un ‘selfie’ con jugadores. Koundé, con una Polaroid, iba haciendo fotos, regalando alguna al público. La locura era total, así que cualquier cosa podía pasar. La posibilidad de algún chubasco no atemorizó a nadie. Todos aguantaron hasta el final.
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