Pedro Galdón.- Este martes 16 de mayo, los empleados de la administración pública se concentraron y apostaron en horas de la mañana en la Plaza Bolívar de la ciudad de Acarigua, frente a la Alcaldía del Municipio Páez, para «cacerolear» nuevamente cobtra el Gobierno nacional por llevar el salario mínimo a la completa desaparición con las medidas aplicadas tocantes a los ingresos de los trabajadores, por decreto presidencial, durante el Día Internacional del Trabajador, el pasado 1 de mayo.
El secretario general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en el Estado Portuguesa, Pablo Rangel, aseveró que el Estado pretende «eliminar el salario» bonificándolos, y, con ello, las prestaciones sociales, las cuales calificó como «la garantía del trabajador» para tener una vida digna luego de 25-30 años de servicio; los aguinaldos; y las incidencias de las vacaciones y de las utilidades de los empleados.
Dijo que ellos exhortan a su patrón a que recule de sus dictámenes y «transforme», por lo menos, ese decreto en uno que «realmente se remita al concepto salarial», que los 70 dólares que «dice el gobierno que cada trabajador activo está recibiendo en este momento, sean 70 dólares de salario», lo cual «impactará» en los beneficios económicos que perciben los trabajadores, incluyendo las «cajas de ahorro» que ellos tienen.
Asimismo, Rangel declaró que, ergo, los empleados públicos le exigen al presidente Nicolás Maduro y al ministro del Trabajo a que concedan sus demandas con relación a sus estipendios, y al Tribunal Supremo de Justicia a que se involucre en esta situación a favor de los manifestantes por las flagrantes violaciones a los estatutos laborales y el mordaz silencio del Poder Ejecutivo tocante a la crisis que afrontan los trabajadores, por su rol como garante de la aplicación de la Carta Magna a nivel nacional.
