BARCELONA.- El Barça no pudo celebrar el título de Liga con una victoria y la Real Sociedad se aprovechó de la ‘resaca’ liguera para romper una racha de 32 años sin ganar en Barcelona y para provocar la primera derrota (1-2) de los azulgrana en esta Liga en su estadio. Merino y Sorloth batieron a Ter Stegen y el gol final de Lewandowski no bastó para recortar diferencias. Poco importó el resultado, porque en la grada casi 90.000 espectadores celebraron el título de Liga conquistado la semana anterior.
Había salido el Barça con un once casi titular, en el que Xavi sólo hizo tres cambios, obligados por las molestias de Pedri y Araujo y la sanción de Gavi. Toda una declaración de intenciones de los azulgrana, con ganas de seguir compitiendo hasta el final pese a ser ya campeones.
Pero la ‘resaca’ de la celebración liguera hizo acto de presencia nada más empezar. En el minuto 5, Koundé se relajó en la salida del balón, se dejó robar la cartera por Sorloth con mucha facilidad y el noruego asistió a Merino para que fusilara a Ter Stegen libre de marca. Aún resonaban en las gradas los cánticos de “campeones, campeones” tras el pasillo de la Real y el Barça ya perdía, después de que Koundé le hiciera el pasillo a Sorloth. Grave error del francés, que reclamó falta para disimular su fallo.
El gol no alteró el plan del Barça, ayer con tres medios y dos extremos puros. Presión muy alta y fútbol más directo y menos pausado que otras veces. En este escenario, la primera parte se convirtió en el ‘show’ de Dembélé. El francés, que empezó por la izquierda y después permutó la posición con Raphinha, realizó un festival de regates y acciones brillantes, que sin embargo no se tradujeron en gol.
El Barça tuvo varias ocasiones claras de gol. Kessie por dos veces, Dembélé y Lewandowski de cabeza o incluso Raphinha de gol olímpico, pero faltó la puntería final y no acertaron a batir a Remiro. La Real, pese a un mayor dominio azulgrana, pudo anotar el 0-2, pero topó con el mejor portero de la Liga. Primero detuvo un remate tímido de Barrenechea, pero después se lució con un paradón con el pie cuando Ali Cho ya cantaba el gol. Primera parte muy entretenida, con ocasiones en las dos porterías y victoria momentánea de la Real Sociedad.
Tras el descanso, Xavi dio entrada a Marcos Alonso, en lugar de un Koundé que no estaba teniendo su mejor noche. El Barça dio un paso adelante en busca del empate y tuvo aún más posesión, pero en cambio era incapaz de generar ocasiones claras de gol. Por ello salieron Ferran Torres y Ansu, dos futbolistas que en la primera vuelta fueron determinantes en Anoeta. Y en pleno dominio azulgrana, la ocasión más clara la tuvo la Real. Take Kubo, que acababa de salir, puso un centro maravilloso de rosca al segundo palo que casi aprovecha Sorloth para anotar el 0-2.
Pese a la ocasión de la Real, el dominio seguía siendo del Barça, que llegaba a las inmediaciones de Remiro, pero sin crear peligro. Se reclamó un penalti de Le Normand a Lewandowski que parecía muy claro, ni el árbitro ni el VAR lo quisieron ver y casi en la acción siguiente una pérdida de De Jong generó una contra de la Real Sociedad que Sorloth definió de maravilla ante Ter Stegen. Alberola no atendió las quejas barcelonistas, que reclamaban falta de Zubimendi sobre De Jong en el robo de balón que originó la acción.
En plena controversia por las decisiones arbitrales, que siempre caían del mismo lado, la Real tuvo el 0-3, pero Ter Stegen se volvió a lucir para reivindicar de nuevo su gran temporada. En ese instante, Xavi decidió homenajear a Busquets y le sustituyó por Eric para que recibiera la penúltima ovación del Camp Nou de su carrera. Alberola, mientras, seguía a lo suyo y amonestaba a los que recibían las faltas por protestar.
De ahí al final poco varió la tónica del encuentro. Dominio claro azulgrana sin apenas inquietar a Remiro, alguna ocasión clara de la Real a la contra y ambiente festivo en las gradas, que estaba haciendo la ola y cantando de nuevo «campeones, campeones» cuando Lewandowski anotó al fin el primer gol azulgrana. Lo intentó el Barça hasta el final, pero no logró el empate. Poco importó, porque la afición siguió celebrando la Liga, al margen de esta derrota intrascendente.
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