La situación que se está viviendo en Venezuela no la están sufriendo únicamente los opositores. Aquí hay que aplicar el refrán “pagamos justos por pecadores”, porque opositores, niníes, independientes, chavistas y maduristas, todos estamos pasando el hambre “hereje”. Pero hoy me voy a referir a los adultos mayores, los pensionados que se encuentran de pie, nunca de rodillas, esperando el 29 de mayo, día que se consagró para honrarles y retribuirles, de alguna manera el agradecimiento por sus desvelos y luchas para darle a la Venezuela de ayer ese hermoso pasado que hoy recordamos con nostalgia.
Nunca imaginamos que íbamos a llegar a la edad de 70, 80 y hasta 90 años “pateando” las calles de Venezuela, en protesta contra este régimen inhumano e insensible que acabó con el salario de los obreros, las pensiones, los bonos vacacionales, los aguinaldos y lo que es peor, las prestaciones sociales o utilidades de los empleados públicos, los maestros y profesores, los médicos y enfermeras, entre otros trabajadores honestos y responsables.
El 29 de mayo es el Día del Pensionado y como regalo especial, este régimen se lució dictando el Decreto de Muerte, el Plan de Exterminio para acabar con la Tercera Edad, porque, supuestamente, los adultos mayores no producen y son una carga para El Estado; pero cuando dimos la vida entera por el desarrollo y la prosperidad de nuestra Patria, no estorbábamos, éramos bienvenidos. Así mismo, los desalmados, esquiroles sindicalistas gobierneros que estuvieron de acuerdo para aprobar esta limosna y unos bonos, que a unos le llegan y a otros no y que además no suman para nuestros beneficios, que rueguen a Dios que no lleguen a viejos y se mantengan como Fausto, siempre jóvenes, porque caso contrario también los agarrará el exterminio.
La sociedad civil y la clase trabajadora lleva ya casi cinco meses en la calle y en lo que va del año 2023 se han realizado 1700 protestas en todo el País reclamando salarios dignos, firma del Contrato Colectivo, seguridad social y la derogación del Instructivo ONAPRE y el dictadorzuelo se ha mantenido en silencio, a sabiendas que ha asesinado el salario mínimo y con esto sólo logrará convertir a los pensionados en “indigentes” y la Constitución es muy clara cuando reza “El Estado garantizará al trabajador un salario suficiente para cubrir sus necesidades básicas, materiales, intelectuales y sociales”. Además, es El Estado quien debe salvaguardar el derecho a la vida, a la salud, al estudio y a una educación de calidad para todos los hijos de los venezolanos.
Sirva este artículo, además, para reconocerle y agradecerle a compañeros de lucha, tales como: Pablo Rangel, Irma Mendoza, Ana María Velásquez, Aura de Chávez, Alfredo Fernández, Gualberto Mora, Vicente Rodríguez, Iván Bravo, Coromoto Arapé, Juan de Dios Pérez, Sol Rangel, Gloria Quintana, Luz Ordóñez, Inmaculada López y otros integrantes del Gremio de Educación y de Salud que llevan más de 40 años en esta lucha gremial y han perdido el color de la piel, la vista, el cabello y la energía juvenil, tratando de lograr que los empleados públicos en general y especialmente los educadores puedan recibir un salario digno que les permita vivir holgadamente y costearse sus tratamientos médicos.
Consideramos que con este Decreto de Muerte se inicia nuevamente la esclavitud en Venezuela, la cual había sido abolida por José Gregorio Monagas el 24 de marzo del año de 1854. Sin embargo, en protesta a todo este abuso del régimen, el lunes próximo, 29 de mayo a las 8 de la mañana, todos como un solo hombre, nos encontraremos en el Boulevard San Roque para de allí iniciar la caminata hasta la plaza Bolívar de Acarigua. “Aquí estamos y aquí seguimos, ni nos cansamos, ni nos rendimos”.
CARMEN PÉREZ MONTERO
