Pedro Galdón.- Residentes de la comunidad Reja de Guanare de la ciudad de Acarigua denunciaron que padecen constantemente irregularidades en y cortes prolongados del suministro de agua potable, a pesar de que la Alcaldía del Municipio Páez instaló recientemente una bomba en el colindante Parque Mano Nerio para, presuntamente, surtir eficientemente a toda la comunidad del vital líquido.
Una de las habitantes de esta vecindad manifestó que el sector recibe agua por espacios oscilantes entre unas horas en la madrugada y tres días continuos, separados por lapsos de entre cinco, siete e, incluso, quince días en los que carecen completamente de la provisión del servicio.
Aseveró que durante esos largos períodos de «sequía», máxime, las amas de casa deben ir a buscar agua en el pozo del parque antes mencionado para cocinar y el aseo de ellas y de sus familias, en ausencia de sus maridos mientras se encuentran en sus trabajos, causándoles un gran desgaste físico.
La denunciante declaró que el «remedio» proporcionado por la alcaldía para tratar el vetusto problema que la comunidad ha tenido con el servicio de agua no brindó la solución prometida a y esperada por sus habitantes, y que ellos no ven la mejoría que el gobierno afirma que ha habido con relación a este asunto.
Asimismo, señaló que varias residencias —entre las que está la suya— siguen teniendo «tapadas» las tuberías de aguas negras y «van a salir volando» por ello, pese a que la municipalidad hizo una serie de reparaciones en el sistema de aguas residuales de la zona hace unas semanas atrás.
La ciudadana dijo que varios de sus vecinos han reportado esta situación ante los entes gubernamentales y por la aplicación VenApp, mas, hasta los momentos, estos han hecho caso omiso a las quejas; y que el consejo comunal de la zona les ha afirmado que han hecho lo mismo y las autoridades no les prestan atención ni los escuchan.
Por tanto, expresó que la vecindad les exige a las autoridades, así como ellos demandan que se vote por ellos en tiempo de elecciones, que tomen conciencia de los menesteres de cada uno de sus miembros y de la vulnerabilidad de sus niños y ancianos, y a que se apiaden de ellos y de las comunidades vecinas, que sufren de los mismos problemas.
