MOSCÚ.- La amenaza del presidente Putin con respecto al uso de bombas racimo es una respuesta a lo sucedido el jueves, 13 de julio, cuando Ucrania declaró haber recibido bombas de racimo por parte de su principal respaldo militar en el conflicto, Estados Unidos. Joe Biden, una semana antes, había confirmado públicamente que las enviaría.
«Por supuesto, si se usan contra nosotros, nos reservamos el derecho a tomar medidas recíprocas», estas fueron las palabras del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la cadena de televisión Rossiya 1.
El presidente estadounidense, Joe Biden, defendió la entrega de este armamento a Kiev asegurando que “esta guerra se trata de las municiones y (Ucrania) se está quedando sin esa munición”.
Del lado ucraniano, el comandante de la Operación de las Fuerzas Conjuntas de Tavria, Oleksander Tarnavski, afirmó que las bombas de racimo podrían “cambiar radicalmente” el rumbo de la guerra y aseguró que no han sido utilizadas. Además, Ucrania ha prometido usarlas solamente lejos de áreas densamente pobladas.
En todo caso, representan un impulso de los aliados occidentales para la contraofensiva ucraniana.
Por su parte, Putin habló de los números alrededor de esta entrega de municiones y explicó que “el Ejército de Ucrania gasta entre 5.000 y 6.000 proyectiles de calibre 155 milímetros cada día de hostilidades, mientras que Estados Unidos produce 15.000 de estos proyectiles al mes. No tienen suficiente y Europa ya no tiene suficiente, pero no encontraron nada mejor para proponer el uso de bombas de racimo”.
Bombas de racimo, polémicas
Este tipo de municiones están prohibidas en más de 100 países porque normalmente liberan un gran número de bombas más pequeñas, que pueden matar indiscriminadamente en un área amplia, imposible de calcular previamente.
Incluso, algunas de estas bombas más pequeñas inevitablemente no explotan y pueden representar un peligro durante décadas, particularmente para los niños.
Para Human Rights Watch, tanto Rusia como Ucrania ya han empleado municiones de racimo a este punto de la guerra, demostrando que ni Estados Unidos ni los dos países del conflicto han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo, que prohíbe la producción, almacenamiento, uso y transferencia de armas de este tipo.
Por su parte, The Associated Press asegura que han encontrado bombas de racimo en el suelo ucraniano luego de los ataques rusos.
Y mientras tanto en la guerra
En una actualización regular de este domingo, 16 de julio, el Ejército ucraniano aseguró que en las últimas 24 horas las tropas rusas lanzaron dos drones Shahed, de fabricación iraní, dos misiles de crucero y dos misiles guiados antiaéreos, además de 40 ataques aéreos y 46 ataques de múltiples lanzacohetes.
El Estado Mayor ucraniano escribió en un comunicado que Rusia continúa concentrándose en operaciones ofensivas en el este industrial de Ucrania y la viceministra de Defensa de ese país, Hanna Maliar, expuso que los combates en el este de Ucrania se habían «intensificado un poco».
En otras partes del país, dos niños, de ocho y 10 años, resultaron heridos cuando un artefacto explosivo, dejado por las fuerzas rusas, detonó en la región sureña de Jersón, según reportó la oficina del fiscal general de Ucrania.
Mientras tanto, en otro fragmento revelado en la entrevista de Putin, que se conoció este domingo, el presidente aseguró que la contraofensiva ucraniana había sido «inútil»: «todos los intentos del enemigo de romper nuestras defensas (…) No tuvieron éxito durante toda la ofensiva. ¡El enemigo no está teniendo éxito!».
Reuters/

 
 
 
  
 