***Sobre trompos, cúpulas y vuelos de Ibrahím López García y el fascinante planteamiento descrito en su libro, la manera de pensar de uno de los más ilustres ingenieros venezolanos…
Por: Ing. Prof. Antonio J. Castañeda / e-mail: ajcastaneda2009@gmail.com
Creo que desde el nacimiento de ciertos individuos de alguna manera ya están destinados a ser grandes ingenieros, durante la travesía de la infancia y los primeros años de juventud, la vida se encarga de afianzar todas esas bondades características de esa ´´especie de personas´´. Una especie que se caracteriza por una curiosidad insaciable, una manera particular de ver el mundo, notables capacidades intelectuales y por sobre todo un fuerte deseo en descubrir el porqué de algunas cosas. Estos chicos al iniciar la travesía universitaria como en algunos casos con la minoría de edad, sin saberlo están iniciando la aventura más grande de sus vidas porque una vez obtenida la acreditación de ingeniero, se será ingeniero por toda la vida. Es una responsabilidad equiparable a la de ser padres que descansa sobre la integridad y bienestar de muchas personas que se beneficiaran del trabajo del ingeniero, es por ello que el escenario de nuestro país plantea desafíos inherentes a la formación de los futuros ingenieros con todos los cambios que experimenta nuestro mundo, se aceleran con cada día y crece en múltiples direcciones.
Ibrahím López García fue un personaje con una manera de pensar intrínseca a la ingeniería que lo llevo a realizar notables proezas y contribuciones en este sector, teniendo además la generosidad de dejar plasmado su legado, conocimiento y la línea fundamental de sus ideas en su libro, Sobre trompos, cúpulas y vuelos presentado como un trabajo de ascenso ante la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1970. El reconocido ingeniero civil, fundador del Movimiento Ecológico social del siglo XXI (MES-XXI), destaco en su carrera profesional por proponer nuevas ideas y conceptos completamente revolucionarios y adelantados a los paradigmas convencionales, ligado estrechamente a la investigación, el desarrollo y el mundo académico, pensaba que la naturaleza es la máxima exponente en cuanto diseño y basó muchas de sus obras civiles y arquitectónicas en los ejemplos que describía la naturaleza. Durante mucho tiempo centro sus estudios en la arquitectura de las hojas de palmas y en las cúpulas ya que observó que estas podían soportar grandes cargas con una densidad volumétrica de material relativamente baja, además que ofrecían la posibilidad de grandes espacios techados sin pilares intermedios que afectasen la visibilidad interna.
Fue un amigo cercano del afamado arquitecto venezolano Fruto Vivas, con quien compartió escena en la investigación y construcción, Vivas catalogó a López García como un teórico social profundo por la visionaria manera de pensar. Ibrahím López García no solo hizo notables contribuciones en la ingeniería civil y en la arquitectura que eran objetos de estudios de su carrera profesional, sino que también estuvo fuertemente interesado en las tecnologías eco sustentables, criticando a la que describía como la civilización del fuego, fuertemente dependiente de los combustibles fósiles y las maquinas térmicas como los motores de combustión interna. Ante esto investigo la rentabilidad de los motores impulsados con electromagnetismo y también a través de imanes de magnetismo permanente.
En su libro también describió el concepto de una maquina voladora que ha sido fenómeno de estudio en múltiples universidades venezolanas, en su idea exponía que desde los primeros años del vuelo el hombre se enfocó en construir los aviones inspirándose en el diseño de las aves voladoras asegurando que estas tenían grandes habilidades aerodinámicas cuando se exponían de frente al flujo de aire, pero cuando se exponían en otra dirección al flujo de aire generaban grandes cantidades de turbulencia, lo que desfavorecía las condiciones de vuelo. Por ellos Ibrahím López García planteó la idea a través de sus investigaciones y de algunas demostraciones que la naturaleza ofrecía en animales y plantas, llegando a la conclusión que algunas cúpulas con diseño geométricos particulares ofrecían mejor desempeño aerodinámico para generar sustentación, así pues, también dedujo que las naves voladoras en forma de platillo poseen mejor perfil aerodinámico en todas sus direcciones y secciones. Estas ideas descritas en su libro han sido cuestionadas por expertos, pero también han sido foco de múltiple reconocimiento académico.
Durante su carrera profesional contribuyó a la formación de jóvenes ingenieros ejerciendo funciones en la Universidad del Zulia (LUZ) y en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde desarrollo investigaciones en análisis estructural, ciencia de materiales, teoría, diseño y construcción de giroscopios, leyes del movimiento, experimentación de la aerodinámica del vuelo en túneles de viento, arrastre y sustentación de aeronaves.
Ibrahím López García falleció el 12 de mayo de 1992 en la ciudad de Coro, estado Falcón sin haber culminado algunas de sus investigaciones como la polémica aeronave de cúpulas rotativas. A la fecha fue y seguirá siendo inspiración por la notoriedad de sus contribuciones a la ingeniería venezolana.
En nombre del autor quien es docente en la UPTP J.J. Montilla y la Universidad Yacambú, casas de estudios pioneras en la formación de ingenieros en Portuguesa extendemos nuestras felicitaciones en este 28 de octubre a todos los ingenieros de Venezuela en conmemoración del centésimo sexagésimo tercer año (163°) de la fundación del Colegio de Ingeniero de Venezuela (CIV) que hace vida en nuestro país desde 1861.
Citado de: López I. (2017) Sobre trompos, cúpulas y vuelos. Fundación editorial el perro y la rana.