LOS ÁNGELES.- La actriz Diane Keaton imprimió esta semana las huellas de sus manos y sus pies sobre el cemento de la entrada del famoso Teatro Chino, ubicado en el Paseo de la Fama de Hollywood (Los Ángeles), como parte de un homenaje por su exitosa trayectoria en la gran pantalla.
Luciendo sombrero negro, gafas y americana del mismo color, Keaton se mostró particularmente feliz durante el acto, en el que dijo sentirse «realmente agradecida» por figurar entre las personalidades condecoradas por «el maravilloso mundo de Hollywood».
«Yo era tan solo una niña que creció en el condado de Orange (California) y no sé cómo pero, después de todo, estoy aquí en el bulevar de Hollywood y frente al Teatro Chino. Los sueños se hacen realidad», manifestó Keaton tras imprimir sus huellas.
Keaton ha trabajado como actriz, directora y productora durante una carrera de más de medio siglo que se inició con Lovers and Other Strangers, en 1970.
Un Óscar a Mejor Actriz, dos Globos de Oro y un Bafta respaldan toda una vida en la élite desde que alcanzara la fama mundial con la saga El Padrino (cuyas dos primeras entregas se estrenaron en 1972 y 1974) y con la cinta The Annie Hall (1977), dirigida por Woody Allen, que le valdría la estatuilla dorada.
Manhattan (1979), Reds (1981), Shoot the Moon (1982), Marvin’s Room (1996) o Something’s Gotta Give (2003) son otros de los muchos títulos aclamados por la crítica en los que aparece Keaton.
Todavía con voluntad de seguir haciendo cine, la intérprete californiana estrenó este viernes Mack & Rita, una comedia sobre una treintañera que se convierte en una sexagenaria tras haberlo deseado, y que protagoniza junto a Elizabeth Lail.
Ahora, a sus 76 años de edad, Keaton ha inmortalizado sus huellas en el corazón de Hollywood junto a las de estrellas de la gran pantalla como Charles Chaplin, Humphrey Bogart, Marilyn Monroe o Robert de Niro.
EFE/