BERLÍN.- Las autoridades de Alemania y de Polonia investigan en paralelo el alcance y el detonante de la catástrofe ecológica revelada por la muerte masiva de toneladas de peces en el río Oder, fronterizo entre ambos países.
Los primeros análisis realizados desde Brandeburgo, el «Land» del este alemán que rodea Berlín, detectaron substancias tóxicas que podrían proceder de vertidos de mercurio, presumiblemente procedentes de una planta industrial polaca.
Estos análisis no son aun concluyentes, en lo que concierne al grado de toxicidad de las aguas y su hipotético peligro para el ecosistema, pero desde organizaciones medioambientales se ha calificado ya la situación de catástrofe ecológica.
Las autoridades de Brandeburgo responsabilizan de lo ocurrido a las de Polonia, ya que los primeros indicios de toxicidad se relevaron hace tres días en algunas zonas de la ribera polaca, pero no se comunicaron convenientemente a sus colegas alemanes.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, garantizó este sábado que se hará «todo lo posible» para minimizar los daños y paliar las pérdidas, así como para identificar a los responsables de lo que calificó de «desastre ecológico».
Brandeburgo activó ya ayer la alerta por la situación del río, tras haberse detectado en los últimos días una presencia masiva de peces muertos, lo que inicialmente se atribuyó a los efectos de la sequía, ya que el nivel del río está muy por debajo de lo habitual.
Esta situación hace especialmente visible la presencia de los peces muertos. A las primeras alarmas siguieron informaciones procedentes de Polonia, en que se hablaba de toneladas de peces muertos.
EFE/