BOGOTÁ.– El gobierno de Colombia anunció este jueves que suspenderá los bombardeos militares sobre campamentos guerrilleros donde puedan haber menores reclutados a la fuerza. Este método ha sido habitual en el contexto del conflicto armado para combatir a estos grupos armados, sin embargo han generado una gran polémica en los últimos tiempos debido a las muertes colaterales.
«Los menores reclutados forzosamente por grupos ilegales son víctimas de esta violencia (…) por lo tanto toda acción militar que se desarrolle respecto de miembros de organizaciones armadas ilegales no pueden poner en peligro la vida de estas víctimas», dijo en rueda de prensa el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
«Hay que privilegiar la vida sobre la muerte y no se pueden desarrollar operaciones (…) que pongan en peligro la población civil», agregó.
El primer gobierno de izquierda de Colombia, a la cabeza del presidente Gustavo Petro, ha fijado un nuevo rumbo para las Fuerzas Armadas en pro de la defensa de los derechos humanos y la paz, tras décadas de conflicto con diversos grupos armados.
Durante su declaración a los medios, Velásquez planteó no repetir «actos muy dolorosos del pasado», en referencia a las repetidas denuncias de la sociedad civil y la oposición por la muerte de menores en bombardeos durante el gobierno del derechista Iván Duque (2018-2022).
Los bombardeos a campamentos guerrilleros fueron polémicos en el gobierno pasado
En noviembre de 2019, el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, dimitió tras una acción militar en la que murieron ocho menores de entre 12 y 17 años que habían sido reclutados a la fuerza por los disidentes de las FARC que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016.
Las víctimas, que estaban en un campamento del sur del país, cercano a la localidad de San Vicente del Caguán, fueron presentadas por el ejército como «delincuentes».
A finales de 2021, el senador izquierdista Iván Cepeda denunció la muerte de cuatro menores de edad en un bombardeo que resultó con la muerte de un importante comandante de la guerrilla del ELN en las selva del Pacífico colombiano.
«Esas acciones en esta dirección deben concluir (…) los bombardeos deben ser suspendidos», concluyó el ministro Velásquez, a cargo de implementar lo que llama una «relación de confianza» entre los uniformados y la población.
El nuevo comandante de las Fuerzas Militares, general Hélder Giraldo, condicionó los futuros bombardeos a una «alta evaluación» de inteligencia en la que pasará a «revisarse» la presencia de menores antes de aprobar una acción de ese tipo.
En más de medio siglo de levantamiento armado, las guerrillas y los grupos paramiliatres han reclutado a jóvenes y niños para ampliar su pie de fuerza en zonas con escasa presencia del Estado.
AFP/