MOSCÚ/LEÓPOLIS.- Ucrania se dirigió este sábado a la comunidad internacional para que obligue a Rusia a liberar la central nuclear de Zaporiyia, ahora que se han reconectado a la red eléctrica general los dos reactores de la planta, ante el riesgo de un escape radiactivo.
La agencia nuclear ucraniana, Energoatom, considera que ha llegado el momento de «tomar medidas urgentes» para que Rusia ceda el control de la mayor planta atómica de Europa al Estado ucraniano «en aras de la seguridad del mundo entero».
Riesgos de escape radiactivo
Debido «a la presencia de las tropas rusas con sus armas, equipos y explosivos» en las instalaciones «hay graves riesgos para la operación segura» de la planta, denuncia.
La buena noticia es que los dos reactores nucleares en activo, que fueron desconectados el jueves por primera vez en la historia de la planta inaugurada en 1985, han vuelto a conectarse a la red.
«La central de Zaporiyia, pese a las numerosas provocaciones perpetradas por los ocupantes, continúa operando en el sistema energético de Ucrania y cubriendo las necesidades eléctricas del país», destacó Energoatom.
Rusia denuncia ataques y niega presencia militar
Como ocurriera en anteriores ocasiones, el Ministerio de Defensa ruso denunció hoy tres ataques de la artillería ucraniana contra las inmediaciones de la planta, donde habrían impactado hasta 17 proyectiles.
Cuatro de esos cohetes habrían alcanzado el tejado del edificio que alberga el combustible nuclear de la compañía estadounidense Westinghouse, según explicó en su parte diario el general Ígor Konashénkov, portavoz castrense.
A su vez, Konashénkov subrayó que «la situación radiactiva en la Central de Zaporiyia está dentro de la norma» y negó rotundamente que en las instalaciones haya «armamento pesado».
Un vídeo grabado a escondidas por un operario ucraniano de la planta y difundido la pasada semana en las redes sociales mostró a vehículos blindados de transporte de personal militar ruso en la sala de máquinas.
A la espera del OIEA
Todos están a la espera del OIEA, cuyo director, que anunció esta semana un principio de acuerdo con ucranianos y rusos, que se comprometen a garantizar la seguridad de los expertos, continúa intensas negociaciones con ambos bandos para perfilar la misión.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, emplazó a la OIEA a personarse «lo antes posible» en la central, ya que «la situación sigue siendo muy arriesgada y peligrosa.
«Cualquier repetición de los eventos de ayer, es decir, cualquier desconexión de la planta de la red, cualquier acción por parte de Rusia que podría desencadenar el cierre de los reactores, pondrá nuevamente a la planta a un paso del desastre», dijo en su habitual discurso nocturno.
Zelenski considera que la única respuesta posible al «chantaje nuclear ruso» es que el OIE logro que la central esté «bajo control permanente de Ucrania».
«Por eso es tan importante que las tropas rusas se retiren de la planta y de las zonas aledañas y que desaparezca la amenaza de bombardeo de la propia planta o de las líneas eléctricas conectadas a ella», dijo.
El viernes Grossi mostró su confianza en que la agencia de la ONU, cuya presencia en Zaporiyia consideró «urgentemente necesaria», pueda visitar «muy pronto» la planta.
Al tiempo que advirtió de la «potencial vulnerabilidad» de una central en una zona de conflicto, se congratuló de que funcionaran los generadores diésel de reserva cuando la central se desconectó de la línea eléctrica exterior.
Energoatom también denunció hoy que Rusia está presionando a los operadores de la central para que no desvelen «los crímenes de los ocupantes en la planta y su uso como una base militar».
Rusia bloqueó el viernes el acuerdo en la décima conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación precisamente debido a la central de Zaporiyia, ya que Occidente exige la completa desmilitarización de la zona.
Moscú, que ha creado un corredor terrestre entre el Donbás y la anexionada península de Crimea a través de las regiones de Zaporiyia y Jersón, se niega a ceder el control de la planta.
Evitar la Tercera Guerra Mundial
Mientras, el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, aseguró al canal de televisión francés LCI que «la operación militar especial se lleva a cabo para que no ocurra la Tercera Guerra Mundial».
Medvédev considera que si Ucrania hubiera ingresado en la OTAN y se hubiera producido una operación militar contra territorio ruso, eso hubiera significado «el inicio de la Tercera Guerra Mundial».
«De alguna forma, por ahora la situación está siendo controlada (…) La apocalipsis aún no ha llegado y espero que no llegue», apuntó.
Consideró que las tropas rusas están conduciendo la «variante más moderada» de una campaña militar, que, en otras circunstancias, iría «mucho más rápido» y acabaría no sólo con la infraestructura, sino también con los órganos estatales de toma de decisiones de Kiev.
En cuanto al fin de las hostilidades, subrayó que la renuncia de Kiev a la OTAN ya no es suficiente y que Occidente debe conceder por escrito a Moscú las garantías de seguridad que el presidente, Vladímir Putin, le planteó a finales de 2021.
EFE/