WASHINGTON.- Los gobernadores republicanos de Florida y Texas redoblaron el pulso migratorio con los demócratas mediante el envío de migrantes a Martha’s Vineyard, en Massachusetts, y a la residencia oficial de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington. Estas acciones, que generaron una lluvia de críticas, se producen a menos de dos meses de las elecciones de medio término en Estados Unidos.
Este 14 de septiembre, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, envió dos aviones de migrantes a Martha’s Vineyard, un exclusivo lugar donde suelen pasar sus vacaciones celebridades y millonarios.
Alrededor de medio centenar de migrantes, en su mayoría venezolanos, llegaron por sorpresa al aeropuerto de la lujosa isla enclavada en Massachusetts y fueron alojados en una iglesia protestante.
Taryn Fenske, directora de comunicaciones de DeSantis, explicó que los vuelos fueron parte de un esfuerzo para «transportar a los inmigrantes ilegales a destinos santuarios», es decir, territorios que protegen de la deportación a los migrantes indocumentados.
«Estados como Massachusetts, Nueva York y California», gobernados por demócratas, «facilitarán mejor la atención de estas personas a las que han invitado a entrar en nuestro país incentivando la inmigración ilegal mediante su designación como ‘estados santuarios’ y su apoyo a las políticas de fronteras abiertas de la Administración Biden», dijo la directora de comunicaciones del gobernador de Florida.
La Legislatura de Florida tomó por su mano 12 millones de dólares del presupuesto estatal para transportar a los ciudadanos indocumentados, informó Fenske.
Por su parte, Ron DeSantis explicó que su decisión tenía como finalidad proteger a Estados Unidos de la política de «fronteras abiertas» del presidente Joe Biden, que, de acuerdo al político republicano, «no mueve un dedo» para hacer seguro el límite del país que gobierna.
Los hechos se producen cuando DeSantis busca la reelección en noviembre y ha sido mencionado como un posible candidato presidencial en 2024, aunque planteó por primera vez la idea de enviar a los migrantes a la isla a finales del año pasado.
Texas le sigue los pasos a Florida
En un accionar paralelo, un centenar de migrantes enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, llegaron este jueves 15 de septiembre a Washington DC, precisamente a las inmediaciones de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris.
Según la cadena de televisión Fox, el grupo de migrantes incluye a personas de Venezuela, Uruguay, Colombia y México.
Abbott justificó su decisión diciendo que, si la vicepresidenta no viaja a ver la frontera, Texas se asegurará «de que la vea de primera mano».
En los últimos meses, los gobernadores republicanos han estado mandando a cientos de personas que han cruzado la frontera con México hacia ciudades gobernadas por demócratas.
Esto, en respuesta a la decisión del Gobierno de Biden de terminar con la política ‘Remain in México’ del expresidente Donald Trump, que obligaba a los solicitantes de asilo a permanecer en el país vecino hasta tener una respuesta a sus peticiones.
En los últimos meses, Texas ha enviado más de 10.000 migrantes a Washington D.C., Nueva York y Chicago, según datos del Gobierno estatal.
Por su parte, el gobernador de Arizona, el también republicano Doug Ducey, emuló la medida en mayo y comenzó a mandar autobuses con migrantes a la capital estadounidense.
Demócratas acusan a republicanos de utilizar políticamente a los migrantes
Marisela Castillo Apitz, directora de la ONG Humanitarian Action, aseguró que los migrantes dijeron que «se sintieron engañados» y parte de «un show político», pues, según relata, «desde Texas les dijeron que los iban a llevar a una estación de autobuses» cuando de pronto aparecieron frente a la residencia de la vicepresidenta de Estados Unidos.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean Pierre, dijo que las decisiones de Florida y Texas de mandar a migrantes a otras partes del país, «algunos de ellos creyendo que iban a encontrar trabajo y más oportunidades» donde los estaban transportando, fueron «crueles» e «inhumanas».
«Esa es una forma terrible de usar a la gente», reprochó Jean-Pierre, quien acusó a los gobernadores republicanos de usar a los migrantes como «peones políticos».
Las críticas se extendieron a un grupo de legisladores demócratas.
El congresista Adriano Espaillat, representante en la Cámara por el estado de Nueva York, aseguró que los gobernadores sureños están llevando a cabo acciones «descaradas» con el objetivo de avanzar en sus objetivos políticos.
Se unió a las críticas el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, quien solicitó al Departamento de Justicia del país norteamericano investigar si con los envíos sus homólogos republicanos de Florida y Texas violan la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por el Crimen (Ley RICO), o si podrían hacer frente a cargos de secuestro.
EFE/ AP/ Reuters/