Los restos de Isabel II ya reposan junto a los de su esposo, el príncipe Felipe

LONDRES.- La reina Isabel II fue enterrada junto a su esposo en la capilla conmemorativa a su padre, el rey Jorge VI, en el Castillo de Windsor, tras una ceremonia privada que contrastó con el multitudinario funeral de Estado previo al que acudieron líderes de todo el mundo. Decenas de miles de ciudadanos se aglomeraron también en las calles para decir adiós a quien fue su jefa de Estado por más de 70 años.

Una jornada histórica. Tras once días de conmemoraciones y despedidas en honor a la monarca a lo largo y ancho de las cuatro naciones que componen el Reino Unido, este lunes 19 de septiembre llegó finalmente la hora en que familiares, ciudadanos y líderes de Estado de todo el mundo le dijeron adiós por última vez a Isabel II.

Fue un día colmado de ceremonias en Londres y Windsor, que comenzó desde primeras horas de la mañana, cuando las puertas de Westminster Hall, de 900 años de antigüedad, se cerraron para los dolientes después de que cientos de miles de personas se presentaran frente a su ataúd desde el pasado 14 de septiembre.

El pomposo funeral de Estado fue realizado en la Abadía de Westminster, lugar donde la monarca juró décadas atrás su coronación y presentó sus votos nupciales. El recinto reunió a presidentes, reyes, príncipes, primeros ministros y decenas de miles de personas acompañaron la ceremonia en las calles de Londres mientras las campanas de la Abadía resonaban 96 veces, una por cada año de vida de la reina.

Ríos de personas se despidieron de la monarca, lanzaron flores y acompañaron la procesión real en las calles de la capital británica, mientras los restos de la reina fueron llevados, primero a la Abadía de Westminster, y luego al Castillo de Windsor, acompañados por una comitiva real encabezada por su heredero, Carlos III.

Allí, una segunda ceremonia, a la que acudieron unas 900 personas, rindió tributo a la monarca. Finalizado el servicio, la corona imperial, el orbe y el cetro, símbolos de su reinado desde 1952, fueron retirados de su ataúd y colocados en el altar.  Poco después se escuchó en todo el recinto un «God Save de King», que simbolizaba el inicio del nuevo reinado.

Tras ello, los restos de la monarca fueron llevados a la bóveda real, a donde solo los familiares más cercanos pudieron asistir para tener, tras la pompa de las ceremonias iniciales, finalmente un espacio para despedir en la intimidad a quien fue también madre, abuela y bisabuela, a parte de la monarca más longeva en la historia de Reino Unido.

Hasta aquí el cubrimiento especial por la muerte de Isabel II, gracias por acompañarnos, a continuación los momentos que marcaron esta histórica jornada:

Isabel II descansa junto a su esposo, el príncipe Felipe

La Familia Real informó en un comunicado que la reina finalmente reposa junto a su esposo, el duque de Edimburgo, en la capilla que ella misma diseñó años atrás para que también descansaran en ella los restos de su padre, el rey Jorge VI.

«La reina fue enterrada junto al duque de Edimburgo, en la capilla memorial del rey Jorge VI», señaló el mensaje.

Su entierro se realizó ya caída la noche, en una ceremonia privada a la que solo asistieron los miembros más cercanos de la Familia Real, luego del multitudinario funeral de Estado que tuvo lugar en la mañana.

Poco después, en su cuenta de Twitter, la Corona publicó una foto inédita de la monarca, en la que se le ve caminando por una montaña, junto al mensaje «‘Que vuelos de ángeles te canten para tu descanso’. En cariñosa memoria de Su Majestad la Reina. 1926 – 2022».

Con un preludio finalizó la última ceremonia religiosa televisada antes de la sepultura privada de la monarca.

El rey Carlos III, junto a la reina consorte Camila, y sus hijos William y Harry, así como otros miembros de la familia real, abandonaron el templo.

La familia regresará a las 19:30 hora local para un último funeral íntimo y lejos de las cámaras, tras el cual la reina será enterrada en la capilla de San Jorge, junto al cuerpo de su esposo fallecido, el príncipe Felipe, que murió el pasado junio, y los padres de la monarca, el rey Jorge VI y la Reina Madre.

Inicia la ceremonia religiosa en la capilla de San Jorge previo a la sepultura

El decano de Windsor, el reverendo David Conner, da la licitación para abrir el servicio religioso.

“Aquí en la capilla de San Jorge, donde ella adoraba con tanta frecuencia, estamos obligados a recordar a alguien cuya fe cristiana sin complicaciones, pero profunda, dio tantos frutos, frutos en una vida de servicio incansable a la nación, la Mancomunidad de Naciones y el resto del mundo”, dijo Conner.

El líder agregó que “en un mundo que se agita rápidamente y con frecuencia, su presencia tranquila y digna nos ha dado confianza para enfrentar el futuro como ella lo hizo con coraje y esperanza. Como con corazones agradecidos, reflexionamos sobre estas y muchas otras formas en las que su larga vida ha sido una bendición para nosotros. Oramos para que Dios nos dé la gracia de honrar su memoria siguiendo su ejemplo”.

Posteriormente, Conner retiró el cetro del ataúd de la reina, seguido del orbe y la corona del Estado imperial, símbolos de la soberanía y los ubicó junto al altar.

Después de que el capitán de la barcaza de la reina y el sargento de armas se inclinaran ante el decano de Windsor para completar la transferencia de los símbolos, se escucha un himno elegido por el rey Carlos III.

También, «God save the queen» o «Dios salve a la reina» es el canto que se entona con frecuencia durante la ceremonia.

El Lord Chambelán luego rompe la varita de su cargo, lo que señala el final del reinado.

El servicio de entierro comienza cuando el decano de Windsor lee el salmo 103 que incluye las líneas «porque él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que no somos más que polvo. Los días del hombre son como la hierba, porque florece como la flor del campo, porque tan pronto como el viento pasa sobre ella, se va, y su lugar no la conocerá más».

Reuters/ AP/

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