WASHINGTON.- La fuerza devastadora de Ian ha dejado a su paso por Estados Unidos al menos 85 muertos. Más de la mitad de las personas que fallecieron a causa de la tormenta lo hicieron en el condado de Lee, en Florida, donde las autoridades ordenaron a los habitantes evacuar tardíamente.
Ian azotó las costas estadounidenses el miércoles 28 de septiembre con vientos de hasta 240 kilómetros por hora y es considerado uno de los huracanes más destructivos que han llegado al país.
Los equipos de rescate han acudido a unas 45.000 casas y negocios. «Hemos estado en casi todas las direcciones», dijo Kevin Guthrie, director de emergencias del estado de Florida, quien añadió que ahora están volviendo a «echar un segundo vistazo».
Se estima que las pérdidas podrían estar entre los 42.000 y 57.000 millones de dólares, según la empresa de monitoreo de riesgos Verisk.
Este lunes seguían sin electricidad 600.000 casas en este estado, con unos cuatro millones de personas afectadas. En Carolina del Sur y Carolina del Norte, los cortes de electricidad afectaron a más de 1,2 millones de viviendas, aunque allí el servicio ya está restablecido.
La oficina del gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que fueron enviados camiones con más de un millón de galones de agua para los hospitales del condado de Lee, donde no hay agua potable. Las autoridades hicieron un llamado a hervir el agua para evitar enfermedades.
Las ciudades en las que hubo fuertes marejadas fueron Fort Myers, Port Charlotte y Naples.
Fiona, otro frente de estragos climáticos en Puerto Rico
El presidente estadounidense, Joe Biden, viajó este lunes a Puerto Rico, donde prometió ayudas para los ciudadanos de la isla durante el tiempo que fuera «necesario», antes de anunciar un desembolso para reparar las pérdidas.
«Tras el huracán Fiona de categoría 1, anuncio una inversión de 60 millones de dólares para apuntalar los diques y los muros de contención y crear un nuevo sistema de alerta de inundaciones para ayudar a los residentes a prepararse mejor para futuras tormentas”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter.
A su salida de la Casa Blanca, Biden había hecho una crítica a como la Administración de su antecesor, el expresidente Donald Trump, manejó la crisis causada por el huracán María en 2017.
«Me dirijo a Puerto Rico porque no se han ocupado muy bien de ellos», aseguró. «(Los ciudadanos) han estado intentando como locos ponerse al día desde el último huracán. Quiero ver el estado de las cosas hoy y asegurarme de que impulsamos todo lo que podamos», agregó.
El dinero que enviará la Casa Blanca será financiado a través de la Ley Bipartidista de Infraestructuras. Al viaje también asistieron la primera dama, Jill Biden, y la administradora de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias, Deanne Criswell.
El sábado, en un evento en Washington, el mandatario hizo referencia a los dos huracanes que han afectado estos días las costas estadounidenses y la isla.
«Nuestros corazones, para decir lo obvio, no hace falta decirlo, están pesados, por el devastador huracán y las tormentas en Puerto Rico, Florida y Carolina del Sur (…) le debemos a Puerto Rico mucho más de lo que ya han recibido», dijo.
En la isla, miles de personas siguen luchando en medio del desastre dejado por Fiona hace dos semanas. Cientos sufren por la falta de electricidad.
La secretaria de Energía de EE.UU., Jennifer Granholm, quien anunció que el servicio eléctrico había sido restablecido en un 90% en la isla, dijo en Twitter que el Gobierno de Biden trabaja en dotar a Puerto Rico de fuentes de energía resistentes a los cambios del clima.
«Los impactos devastadores del cambio climático seguirán haciendo que las tormentas sean más peligrosas y destructivas. Es por eso que estamos trabajando para fortalecer la red eléctrica de Puerto Rico e invertir en nuevas tecnologías que ayudarán a lograr las metas de energía 100% limpia de Puerto Rico».
La Administración Biden aprobó la semana pasada una exención de las normas de envío de ayudas para poder lidiar con las necesidades energéticas de la isla.
Reuters/ AP/