China flexibiliza estricta política del ‘Covid cero’ tras inédita ola de protestas

BEIJING.- Después de tres años, China se estaría encaminando al final de la estricta política de ‘Covid cero’.

El Consejo de Estado anunció este 7 de diciembre las nuevas medidas con las que el gigante asiático, y país donde surgió la pandemia, deberá convivir a partir de ahora con el virus.

Se trata de un relajamiento general de las reglas sanitarias y entre los cambios destacados se encuentra permitir a algunas personas contagiadas hacer la cuarentena en sus viviendas, en vez de ser recluidas en hospitales y centros de aislamiento como ha ocurrido desde hace casi tres años.

Esta medida aplica para pacientes asintomáticos y con cuadros leves de la enfermedad.

Las personas con casos leves “pueden recuperarse por sí mismas sin atención médica especial”, aseguró Wu Zunyou, epidemiólogo jefe de los Centros para el Control de Enfermedades de China.

Asimismo, el Gobierno elimina la exigencia de presentar los resultados de una prueba negativa de Covid-19 para acceder a algunos lugares públicos.

A excepción de sitios sensibles frente al virus como hospitales, residencias de ancianos y escuelas, no será necesario mostrar una prueba de PCR, un requisito que ha estado vigente en los últimos meses tras el rebrote de la enfermedad.

Las personas que viajan entre provincias también estarán exentas de presentar una prueba PCR negativa y no tendrán que realizar un test al llegar, de acuerdo con las nuevas reglas.

El Ejecutivo chino también señaló que se acelerará la campaña de vacunación para las personas mayores. Según datos oficiales, en la nación hay cerca de 85 millones de personas mayores de 60 años que no han recibido la tercera dosis de refuerzo de los antídotos. Y solo el 65,8% de los mayores de 80 años cuenta con la pauta completa de la inoculación.

Otro de los grandes y principales cambios es el hecho de que ya no se bloquearán por completo los complejos residenciales. Entre los mayores extremos que venían siendo aplicados por las autoridades, los habitantes de algunas áreas eran encerrados por un puñado de casos y esas zonas han sido demarcadas como lugares de alto riesgo.

Bajo esa medida, muchas personas fueron encerradas en sus casas mientras sus puertas eran selladas con vallas.

Justamente, el fatídico incendio del pasado noviembre en Xinjiang, donde 10 residentes murieron tras quedar atrapados en sus apartamentos, fue un desastre atribuido a las estrictas medidas de cierre, aunque las autoridades lo niegan. Ese hecho prendió la mecha del descontento social.

Beijing flexibilizó su estricta política sanitaria tras ola de protestas sin precedentes

La eliminación de la frecuencia para la realización de test anti Covid-19 ya comenzaba a flexibilizarse en algunas ciudades, en medio de la ola de protestas sin precedentes que se extendió por el país ante el hartazgo de normativas que restringieron la vida cotidiana de las personas y que han interrumpido las cadenas de producción que impactan en el comercio mundial.

Las recientes modificaciones son “pequeños pasos” en un proceso gradual destinado a poner fin a las restricciones, según señaló este miércoles, en una rueda de prensa, Liang Wannian, miembro de un grupo de expertos que asesora a la Comisión Nacional de Salud.

Sin embargo, algunos expertos advierten que las restricciones no se pueden levantar por completo hasta al menos a mediados de 2023, debido a que millones de personas mayores aún deben vacunarse y el sistema de atención médica debe fortalecerse.

Las inéditas manifestaciones que sacudieron la nación se extendieron incluso a llamados por mayores libertades políticas y miles pidieron la renuncia del presidente Xi Jinping.

Un escenario sensible para el jefe de Estado que acababa de revalidar su liderazgo y asegurar un nuevo período presidencial, luego del 20º Congreso del Partido Comunista que tuvo lugar el pasado octubre en el que afianzó su doctrina.

Las manifestaciones marcaron la mayor muestra de desobediencia civil en el gigante asiático desde que el presidente Xi asumió el poder hace una década.

China reduce el tono de peligrosidad frente al Covid-19, mientras otros países registran repunte de casos

El martes 6 de diciembre, horas antes de anunciar el cambio de su enfoque frente al Covid-19, la Comisión Nacional de Sanidad informó que el número de casos disminuyó al detectar 25.312 nuevos contagios. Además, afirmó que la mayoría son casos asintomáticos.

Gran parte de los 4.409 contagios que sí presentan síntomas se produjeron por transmisión local, con especial incidencia en zonas como Cantón, Beijing, Sichuan y Chongqing.

Según las autoridades, actualmente hay 350.000 personas en todo el país aisladas y bajo observación médica por ser portadores asintomáticos del virus.

La nación ha sufrido en los últimos meses oleadas de rebrotes atribuidas a la variante Ómicron que han provocado cifras récord de contagios no vistas desde el inicio de la pandemia en la primera mitad de 2020.

China es el principal país que aún intenta acabar con la transmisión del virus, mientras que muchas otras naciones intentan convivir con el virus. A medida que levantan las restricciones, los funcionarios chinos también han pasado a hablar sobre el Covid-19 como una enfermedad menos amenazante, un posible esfuerzo para preparar a las personas para un cambio de percepción frente a la situación sanitaria.

No obstante, varios países registran un repunte de contagios. Naciones como Francia se han replanteado, incluso, reinstaurar la obligación de portar mascarillas.

En América Latina, Colombia, Chile, Perú y Argentina han reportado un incremento de contagios y algunos fallecimientos causados por el virus durante las últimas tres semanas.

En el territorio chino, las restricciones han ayudado a mantener bajo el número de casos dentro de sus fronteras, pero los expertos destacan que al mismo tiempo pocas personas han desarrollado inmunidad natural, un factor que podría retrasar los planes de reapertura si los casos aumentan y las autoridades se sienten obligadas a volver a imponer restricciones.

Aun así, luego de tres años de una política sanitaria extrema y de advertencias sobre la peligrosidad del virus, las autoridades comienzan a considerarlo menos amenazante, según las disposiciones anunciadas este 7 de diciembre.

Reuters/ AP/ EFE/

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