Putrefacción, enfermedades y peligro de muerte: Denuncian pésimo estado y riesgo de desplome de árboles del canal de La Goajira II de Acarigua

Pedro Galdón.- Habitantes del Sector II de la Urb. La Goajira II, de la ciudad de Acarigua, denunciaron que, en virtud de la precipitación de ramas de los árboles cercanos y la ruptura del embaulado por acción de sus raíces, la falta de desmalezamiento, la circulación y estancamiento de aguas negras provenientes de botes de aguas servidas de otras zonas de la urbe, y la presencia de grandes cantidades de basura en estado de descomposición, el canal colindante a la prolongación de la Av. Libertador que separa esta comunidad y el Barrio Bolívar se encuentra obstruido y en muy mal estado, y sus residentes y los transeúntes corren constantemente el peligro de que alguno de los susodichos palos se desplome sobre la vía, sus propiedades o sobre ellos mismos.ñ

Riesgos arbóreos y problemas del canal

Uno de los habitantes de la comunidad afectado por esta situación, Rafael Darias, declaró que los árboles problemáticos, puntualmente, un caracaro y un araguaney, ya sea por su peso, su posición, su inclinación y/o la pudrición que los cubre, están rompiendo el concreto del embaulado del canal; que, por acción de los años y los elementos, algunas de sus ramas o parte de sus troncos han caído dentro de él o en sus alrededores; y que, ahora, constituyen una gran amenaza para la circulación de peatones y vehículos, por estar plantados en las proximidades del canal; para el suministro de electricidad de la zona, por el entrecruzamiento de sus ramas con el tendido eléctrico de sectores de Barrio Bolívar y La Goajira II; e, incluso, para las propiedades y las vidas de los residentes circunvecinos y de los transeúntes, por su cercanía a sus casas y la gran afluencia de personas por la mentada vía.

Darias expresó que las ramas que han caído a la acequia han causado obstrucciones importantes en ella y han constituido el «esqueleto» de diques naturales, al atrapar el material que es transportado por el agua de lluvia que cae en el canal; destacando que, durante uno de los chubascos acaecido en el mes de agosto de este año, una buena porción del susodicho caracaro se precipitó directamente sobre la pared y una sección del techo de su vivienda, provocando daños estructurales severos, aunque, milagrosamente, no la caída de estos.

Diques formados por las ramas caídas de los árboles cricundantes al canal.

Señaló que estos árboles iban a ser talados durante el embaulado que hizo la Alcaldía del Municipio Páez del tramo del canal que va desde el límite de La Goajira II y la Urb. Fundación Mendoza hasta la intersección de las Avenidas Libertador y Circunvalación Sur, pero, esta declinó realizar dicha acción luego de que ciertos grupos protestaran en contra de ella, tachándola como un «crimen ambiental», pese al peligro que representaba su permanencia en tales sitios; y que, desde entonces, la municipalidad no ha tomado acciones para cortarlos.

Afirmó que, pese a que los bomberos realizaron una inspección en la que concluyeron que los mentados árboles deben ser talados para guardar la integridad de la ciudadanía, y que la comunidad tramitó todos los permisos necesarios y recibió la aprobación gubernamental por conducto de la aplicación VenApp para tal operación, la alcaldía sigue sin corresponder las exigencias de los vecinos y sin tratar de eliminar esta cada vez mayor amenaza.

Suciedad, podredumbre y problemas circulatorios

Asimismo, señaló que aguas residuales provenientes de las cloacas localizadas de comunidades cercanas, como los barrios Bolívar y Colombia, han ido a parar en la acequia, y, como efecto de la gran cantidad de maleza dentro del canal y de las «presas» formadas por las ramas y los objetos que arrastró el agua de lluvia y que quedaron atrapados en ellas, se han quedado estancadas a lo largo de ella e impregnado el aire de sus alrededores con sus fétidos olores, constituyendo al canal como un germen de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, del cual, según el declarante, ya se han reportado algunos casos, y de patologías respiratorias, vulnerando, máxime, a los ancianos y niños que hacen vida en esa zona.

Además, afirmó que muchas personas han arrojado basura por «inconsciencia» dentro del canal cual vertedero, incrementando así el grado de suciedad y de hediondez ocasionada por las aguas negras estancadas en él.

Como si no fuera poco…

Asimismo, Darias expresó que, aunado a los susodichos inconvenientes, ellos han tenido problemas de diversa gravedad con el sistema de aguas negras de la zona, con el alumbrado de las calles y veredas, y con el paso de los camiones del aseo urbano.

Con relación a la situación del sistema de aguas residuales, aseveró que las tuberías de las casas de algunos de sus vecinos que viven en el punto más bajo de su calle, están «colapsadas» y se les dificulta «bajar» los inodoros, a pesar de que hace tres años la alcaldía cambió la tubería que pasa bajo la vía, la cual rompió y no ha restaurado. De acuerdo con su testimonio, los afectados por este «colapso» han recurrido a multitud de instancias estatales para que el gobierno les resuelva este problema, pero, sin éxito alguno.

En cuanto al alumbrado, Darias manifestó que, pese a que el gobierno aprobó el arreglo del alumbrado de la comunidad por VenApp y a que el hampa sigue hostigándolos particularmente en las noches, aún la alcaldía no se ha abocado a su restablecimiento, y las calles siguen sumidas en gran oscuridad entre un crepúsculo y otro.

Con respecto al aseo urbano, afirmó que los «camiones de la basura» no pasan por esa zona desde hace unas dos semanas por motivos que aún les son desconocidos, lo que ha llevado a que se acumulen desechos sólidos en distintos puntos de la comunidad; y que transeúntes, al pasar por el sector, han agravado esta situación tirando bolsas de basura en él, cuyo contenido, más tarde, termina siendo regado por los alrededores por perros callejeros o, lastimosamente, por indigentes que pasan por la zona.

Serios problemas, un simple llamado

Finalmente, Darias hizo un llamado a las autoridades para que estás actúen en consonancia a los reclamos de la comunidad con celeridad, ya que ellos necesitan «de parte de los entes gubernamentales, acciones, que no se queden las cosas en palabras, en proyectos», fijen «fecha y hora» y cumplan con ellas, para infundir entre y garantizarle a los vecinos seguridad y para que cese la sensación de que ellos están «hablándole al viento».

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