JARTUM.- Los enfrentamientos siguen en Sudán, a pesar de la entrada en vigor de un alto el fuego de 24 horas. Una serie de disparos se intercambiaron en la capital, Jartum, el martes 18 de abril, sin que por el momento se pueda identificar su origen.
Un hecho que parece truncar el acuerdo entre los dos comandantes que se enfrentan por el poder: el general del Ejército, Abdel Fattah al-Burhan, y el general Mohamed Hamdan, quien dirige a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los disparos resonaron en el fondo de las imágenes transmitidas en vivo por los canales de televisión árabes el martes. Además, algunos residentes aseguraron a Reuters que los ataques no habían cesado. Según uno de ellos, hubo un ataque aéreo en Omdurman, ciudad gemela de Jartum, en la orilla opuesta del Nilo.
Los grupos de los dos militares y antiguos aliados en sucesivos golpes de Estado, en los últimos años —que codirigen el denominado Consejo Soberano para la transición a la democracia— están sumergidos en una espiral de violencia desde el pasado sábado 15 de abril.
La disputa esencialmente estalló tras desacuerdos sobre la eventual integración de las FAR en la institución castrense, como parte de un plan respaldado internacionalmente para la conformación de un Gobierno con partes civiles.
Desde entonces, los tiroteos, los asaltos con artillería y los ataques aéreos han golpeado áreas residenciales de Jartum, la capital, y se han extendido a otras ciudades. Una situación que deja hasta el momento más de 185 personas muertas y al menos 1.800 heridos, según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, la cifra puede ser mayor debido a que los combates han impedido a los equipos de emergencia trasladarse a algunas zonas del país para atender a los lesionados y trasladar a los cadáveres.
La violencia ha despertado el fantasma de una guerra civil justo cuando los sudaneses intentaban revivir el impulso por una Administración civil y democrática, después de décadas de mandato militar.
Atacan convoy diplomático de EE. UU. y Blinken intercede entre las partes enfrentadas
El anuncio del cese de hostilidades de 24 horas había llegado poco después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se comunicara por separado con cada uno de los generales de los bandos enfrentados.
El máximo representante de la diplomacia estadounidense medió vía telefónica por el alto al fuego temporal, como base para una tregua más larga y el regreso a las negociaciones.
En una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, el general del Ejército sudanés confirmó que aprobó el breve cese de hostilidades tras su conversación con Blinken.
En los últimos días, la Administración de Joe Biden había urgido a detener la violencia, pero el ataque a un convoy diplomático volvió a prender las alertas en Washington. El hecho provocó la advertencia directa de Blinken, quien aseguró a los comandantes enfrentados que cualquier peligro para los diplomáticos de su país no sería tolerado.
#UPDATE A US diplomatic convoy was fired upon in Sudan, but those inside were unharmed, US Secretary of State Antony Blinken says.
«I can confirm that yesterday we had an American diplomatic convoy that was fired on… But this action was reckless, it was irresponsible» pic.twitter.com/xsAp5Ex1ND— AFP News Agency (@AFP) April 18, 2023
Luego del asalto, que tuvo lugar el lunes 17 de abril y no dejó víctimas, Blinken señaló que este habría sido perpetrado por combatientes asociados a las Fuerzas de Apoyo Rápido, algo que describió como una acción «imprudente» e «irresponsable».
«Puedo confirmar que ayer tuvimos un convoy diplomático estadounidense que recibió disparos (…) Dejé muy claro que cualquier amenaza de ataque, peligrosa planteada a nuestros diplomáticos, es totalmente inaceptable», sostuvo el secretario de Estado desde Japón, donde asiste a una reunión de ministros de Exteriores del G7.
Entre las víctimas mortales que ha dejado la violencia de los últimos días se encuentran tres trabajadores humanitarios de Naciones Unidas.
Aún no están claras las condiciones para una posible extensión de la tregua y posibles negociaciones.
La actual fricción llega a un punto crítico luego que se quebrara el plan para impulsar un Gobierno civil. Estaba previsto que se firmara un pacto final a principios de este mes, en el cuarto aniversario del derrocamiento del autócrata Omar al-Bashir.
Pero para ello, tanto el Ejército como las FAR estaban obligados a ceder el poder y dos asuntos resultaron particularmente polémicos: el cronograma para que las FAR se integraran a las fuerzas armadas regulares del país y determinar cuándo el Ejército estaría formalmente bajo supervisión civil.
Reuters/ AP/