Uno de cada diez jóvenes que sufren un brote psicótico intenta suicidarse antes de 2 años

BARCELONA.- Uno de cada diez jóvenes de entre 18 y 35 años que sufren un primer brote psicótico intentan suicidarse en los dos años posteriores, según un estudio hecho por el Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM).

La investigación, que publica la revista ‘Psychiatry Research’, ha demostrado que los principales factores de riesgo son haber llevado a cabo una tentativa de suicidio anterior, sufrir fuertes sentimientos de culpa relacionados con su patología, apreciar una baja calidad de vida y dificultades para sus actividades diarias.

Seguimiento individualizado

Ante estos resultados, los investigadores han recomendado poner en marcha programas de detección precoz de personas con síntomas psicóticos y aplicar un seguimiento individualizado en aquellos que presentan los factores de riesgo detectados en el estudio.

Según ha explicado la coordinadora del trabajo y médica del Servicio de Psiquiatría y del Programa de Atención a la Psicosis Incipiente del Hospital del Mar, Anna Mané, se trata de una de las investigaciones “más extensas” de su tipo llevada a cabo en España.

El estudio ha seguido durante dos años a cerca de 300 pacientes, con una media de edad de 25 años, atendidos en el programa de estudio y tratamiento por primer episodio psicótico del Hospital del Mar entre 2013 y 2020.

Más del 60 % de los pacientes analizados son varones, aunque los médicos no han detectado diferencias en función del género de los pacientes.

En treinta casos, intentaron suicidarse en una o más ocasiones durante el período de estudio, y casi la mitad de los intentos se produjeron en el período entre el inicio de los síntomas psicóticos y el inicio del tratamiento.

“Hubo un incremento entre seis meses y un año después del primer brote, un dato que probablemente sea consecuencia de la ruptura de las expectativas de las personas afectadas de una rápida recuperación y vuelta a la vida normal”, ha señalado Mané, que ha destacado la importancia de la detección precoz para acortar el tiempo que los pacientes comienzan a tener síntomas y reciben tratamiento.

Más conocimiento para la detección precoz

Para conseguirlo es necesario “más conocimiento de la psicosis, también entre los médicos de cabecera, agentes de salud y otros agentes implicados, como la escuela, lo que ayudaría a una detección precoz, a mejorar el pronóstico y a disminuir las tentativas de suicidio y otras situaciones de riesgo”, ha apuntado la psiquiatra.

En este sentido, la investigadora del IMIM-Hospital del Mar y médica adjunta del Servicio de Psiquiatría, Alba Toll-Privat, ha indicado que “hemos visto que este período es muy importante, porque cuanto más largo es este tiempo sin tratamiento con síntomas psicóticos, aunque sean leves, peor será la evolución de estos pacientes y más costará que vuelvan a la normalidad”.

“Por eso, la importancia de los programas de primeros episodios, para poder detectarlos lo antes posible y poder hacer tratamiento”, ha subrayado Toll-Privat.

Señales de alerta

El estudio sitúa como los principales factores de riesgo de tentativa de suicidio haber hecho algún intento antes del inicio de los síntomas psicóticos, sufrir fuertes sentimientos de culpa y una baja funcionalidad en la vida diaria, con una baja calidad de vida.

Señales de alerta que, según Mané, “avisan de que hay que aplicar tratamientos individualizados en los pacientes que han hecho tentativas previamente y tienen sintomatología depresiva y sentimientos de culpa”.

El coordinador del Grupo de Investigación en Salud Mental del IMIM y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar, Víctor Pérez, ha destacado que “los hallazgos del estudio indican la importancia de proveer una adecuada detección e intervención a personas con alto riesgo de suicidio por psicosis”.

“Está demostrado -ha añadido Pérez- que intervenciones precoces dirigidas a estos pacientes reducen las cifras de suicidios” que, según estimaciones, suponen la muerte de unas 700.000 personas cada año en el mundo.
En España se suicidaron en 2021 unas 4.000 personas. /EFE

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