Haitianos se toman la justicia por su mano, hartos de la violencia de las pandillas

PUERTO PRÍNCIPE.- La violencia en las calles de Puerto Príncipe ha llevado a los residentes de esta y otras poblaciones a tomar medidas contra presuntos pandilleros. Este movimiento, creado en la capital haitiana, se ha denominado Bwa Kale y desde el pasado mes de abril registra decenas de asesinatos contra personas que han sido señaladas, muchas veces sin pruebas, de hacer parte de las pandillas locales.

El pasado 24 de abril, las autoridades haitianas detuvieron un pequeño autobús en el que viajaban a bordo 14 hombres con armas y municiones en el barrio Canapé Vert de Puerto Príncipe, mientras se producía un atentado en las inmediaciones.

La noticia de su detención se difundió rápidamente, y algunos residentes de esta localidad sospecharon que los detenidos iban a ayudar a una banda implicada en el atentado. Los vecinos los lincharon y quemaron delante de la policía.

Este suceso marca el punto de creación del movimiento Bwa Kale, expresión del criollo haitiano que significa «levantamiento». En el contexto actual, hace referencia a los locales que persiguen y matan a personas de las que sospechan que hacen parte de bandas, a menudo con machetes y palos.

En la actualidad, hay más de 150 grupos armados activos en el país. En la capital haitiana, controlan la mayor parte de la ciudad. 

«Vimos una multitud, con cuchillos y armas de fuego»

James (pseudónimo) vive cerca de Canapé Vertlocalidad en el oeste de Puerto Príncipe; relata que ha tenido que quedarse varios días encerrado en su casa. Por seguridad, desea permanecer en el anonimato. 

El 26 de abril salí en moto con mi hermano. En la calle Caravelle, vimos una multitud con pistolas y armas. La gente iba a cazar a un presunto bandido. Parecían muy agresivos. Le pedí a mi hermano que me llevara a casa porque estaba muy preocupada. Luego, en la carretera, vimos a una persona quemándose. Cerré los ojos porque era muy impresionante. La violencia alcanzó su punto más álgido.

El movimiento Bwa Kale se ha extendido a diferentes barrios de Puerto Príncipe y luego a otras ciudades del país.

Entre el 24 de abril y el 4 de mayo, la redacción de Los Observadores identificó 18 incidentes en los que murieron personas sospechosas de estar vinculadas a bandas. Para ello, se cotejaron imágenes e informaciones publicadas en las redes sociales y por los medios de comunicación locales. El resultado: varias decenas de personas fueron asesinadas por la población civil. 

Rosy Auguste Ducéna, responsable de programas en la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) en Haití, explica que los miembros de las bandas no son los únicos que son objeto de ataques:

Cualquier sospechoso de tener vínculos con estos bandidos armados puede ser perseguido. Por ejemplo, se ha linchado a mujeres que supuestamente han mantenido relaciones románticas con ellos.

El auge del movimiento Bwa Kale se explica por el hartazgo de los haitianos ante la violencia de las bandas, responsables de masacres, ataques armados y secuestros, cuyas primeras víctimas son civiles. Además, están enfadados con las autoridades, a las que acusan de permanecer pasivas ante estos grupos armados.

Sin embargo, según nuestros observadores, el movimiento Bwa Kale no puede ser la solución a los problemas del país, e incluso podría empeorar la situación. Rosy Auguste Ducéna subraya los riesgos que conlleva:

En general, las personas son sometidas a interrogatorios muy sumarios, antes de ser asesinadas. Esto significa que no se respetan los derechos a las garantías judiciales. Además, existe un enorme riesgo de errores, de que se asesine a personas inocentes.

«Es un hombre inocente que ha sido asesinado bajo la acusación de ser un bandido»

Parece que el 29 de abril se cometió un error en el norte del país. Ese día, Malorbe Saintil, habitante de Gonaïves, cogió un mototaxi para hacer un servicio a su padre en Gros Morne. Pero fue detenido en el camino por la población local, junto con un amigo. Los enviaron a la comisaría de Gros Morne, según relata su padre, Matthieu Saintil. Estas son sus declaraciones:

En Gros Morne, al norte del país, comprobamos sus teléfonos móviles y lo que llevaban en sus bolsos: todo lo que encontramos fue una vela y un mechero, nada sospechoso.

Les dijeron que comparecerían ante el juez el lunes [1 de mayo].

Entonces la policía dejó entrar en la comisaría a dos personas, que agarraron a Malorbe y a su amigo Gilbert y se los llevaron. Después los mataron, los decapitaron y quemaron los cadáveres.

Malorbe era mi cuarto hijo. Tenía 28 años. Era ingeniero electrónico. Era muy inteligente e ingenioso. Había nacido en Gros Morne, pero iba muy poco.

Era un hombre inocente que fue asesinado acusado de ser un bandido. Él y su amigo fueron asesinados por la forma de su peinado. [Malorbe Saintil llevaba rastas, como muchas víctimas del movimiento Bwa Kale: según los haitianos con los que hablamos, algunas personas parecen considerar «sospechoso» este estilo]. Como el sistema judicial haitiano falla, no puedo procesar a los autores, pero algún día prevalecerá la justicia.

Las amenazas de las bandas contra la población civil: 

A principios de mayo, los líderes de las bandas amenazaron a la población con represalias en respuesta al movimiento Bwa Kale en vídeos publicados en las redes sociales. Izo, líder de la banda 5 secondes, afirmó que iba a lanzar el movimiento Zam Pale (las armas hablan, en español). En Fort Jacques, al sur de Puerto Príncipe, las bandas también han ejecutado a personas como venganza.

Por su parte, el primer ministro Ariel Henry se pronunció al respecto del movimiento Bwa Kale el 1 de mayo. El líder político pidió a la población «no tomar justicia por mano propia» y «cooperar con la policía».

F24/

Entradas relacionadas