Una treintena de migrantes desaparecidos dejan dos nuevos naufragios en el Mediterráneo

LAMPEDUSA, Italia.- El mar Mediterráneo, la mayor fosa común del mundo, continúa enviando a sus profundidades a migrantes desesperados: al menos una treintena de personas están desaparecidas en sus aguas. En las últimas horas, las autoridades costeras italianas recuperaron los cuerpos de una mujer y un menor de edad, procedentes de Costa de Marfil, después del naufragio, durante la noche, de dos embarcaciones frente a las costas europeas.

Este domingo, la Guardia Costera de Italia logró rescatar a 57 migrantes subsaharianos cuya barcaza había volcado frente a la isla de Lampedusa. Sin embargo, informaron más de treinta personas seguían desaparecidas. Los supervivientes señalaron que había unas 90 personas a bordo de las dos pateras. Según medios italianos, zarparon el jueves de la ciudad tunecina de Sfax, uno de los principales puertos de salida de la migración subsahariana hacia Europa.

Las condiciones climáticas dificultaron el rescate y, según los guardacostas, estas habrían sido la causa de los naufragios. No importan si son de hierro, madera o plástico, las precarias y abarrotadas pateras, en las que los traficantes suben a los migrantes y refugiados a cambio de una cuantiosa cantidad de dinero, quedan indefensas una vez que zarpan a la intemperie del mar y sus condiciones climáticas.

“Los traficantes hacen zarpar a los migrantes subsaharianos en barcos de hierro que cuestan menos que los habituales de madera, pero son totalmente innavegables, se rompen y se hunden con facilidad”, criticó el responsable de prensa de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Flavio Di Giacomo. Dicha organización cree que el hecho de que los migrantes estaban subidos en una desvalijada barcaza de hierro, junto con las condiciones climáticas extremas, provocaron los naufragios.

Los fuertes vientos y oleaje dificultaron el rescate

Otro grupo de una veintena de migrantes, entre los que se encontraban un menor de edad y dos mujeres embarazadas, tuvo que esperar dos días sobre las rocas de un acantilado, en la isla italiana, ante la inaccesibilidad de los rescatistas por los fuertes vientos y el oleaje intenso. Su embarcación encalló tras golpearse con un arrecife el viernes y desde entonces se aferraban a las rocas a la espera de ser rescatados.

Finalmente, fueron sacados del lugar con la ayuda de un helicóptero de las fuerzas áreas italianas y trasladados hacia los centros de recepción de Lampedusa, que ya superan en más de 2.000 personas su capacidad oficial. El Ministerio del Interior italiano apunta a que más de 92.000 personas, procedentes de África, han desembarcado en su territorio en 2023, la gran mayoría provienen de Túnez.

Túnez, nuevo puerto de salida de la migración

Recientemente, la peligrosa “ruta tunecina” se ha popularizado entre los desesperados solicitantes de asilo, con traficantes promocionando los viajes hacia Europa a través del Mediterráneo central, la ruta más mortífera del mundo. Mientras que la Unión Europea pagó 1.000 millones de euros a las autoridades tunecinas para frenar la migración. El bloque ha buscado que dicho país haga de primera barrera con Europa, externalizando en “terceros países” sus fronteras y su “seguridad”.

“Esta es una noticia más trágica con respecto a la vida de las personas que realizan viajes largos en condiciones prohibitivas”, señaló Rosario Valastro, presidenta de la Cruz Roja Italiana, a una agencia local.

n lo que va de año, al menos 1.800 personas han perdido la vida tratando de cruzar el Mediterráneo, pero la OIM estima que la cifra sería mucho mayor. Esto supone, además, un incremento de casi 900 fallecidos más que los primeros ocho meses de 2022.

“La verdad es que es probable que esa cifra sea mucho mayor. Se están encontrando muchos cadáveres en el mar, lo que sugiere que hay muchos naufragios de los que nunca oímos hablar”, dijo Di Giacomo. Y es que desde 2014, casi 30.000 personas han desaparecido en el Mediterráneo.

AFP/ Reuters/

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