DETRÁS DE LA NOTA/ LA BAMBA: De barcos piratas al avión fatal


La música es sin duda una de las expresiones más sublimes de la naturaleza humana, todos de una u otra manera nos hemos visto influenciados por las melodías y la lírica de alguna canción que nos evoca un recuerdo, una nostalgia, una historia pasada e incluso los sueños de un porvenir anhelado; como decía el gran escritor francés Víctor Hugo: “La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silencio”; en este y los venideros artículos de esta columna, lejos de mostrarme como un experto en materia musical (-de lo cual estoy demasiado lejos-) intentaré plasmar lo significativa que puede llegar a ser una simple canción o pieza musical cuando le hincamos el colmillo para sustraer de su esencia aquellos elementos intangibles, cargados de historias, vivencias, sentimientos y hasta sucesos no deseados que le dieron ese color y tinte irrepetible en el Playlist de nuestro imaginario colectivo.
Para esta primera entrega, quise tomar como referencia un ícono de la música mexicana y latinoamericana que logró, no solo trascender en el tiempo y el espacio, sino que tiene tantos matices y transformaciones para poder llegar a ser lo que es hoy día: “Un clásico”; la base melódica de la canción está enmarcada en el ritmo del Son Jarocho, expresión musical autóctona de Veracruz interpretada con jaranas (instrumentos de cuerda) de distinto tamaño y singular sonoridad, acompañadas de una danza zapateada y poesía cantada que en muchos casos es producto de la improvisación de los cantadores, por lo cual algunos autores lo emparentan con el joropo venezolano y colombiano.
DE BARCOS PIRATAS; El origen de esta canción tiene mucho de misterio debido a que las aproximaciones más consensuadas entre los expertos apuntan a un trágico suceso ocurrido en la tarde y madrugada de los días 16 y 17 de Mayo de 1683 (¡Hace 340 años!) y estaría basada en la tragedia de aquellos días en la ciudad portuaria de Veracruz en México; para estas fechas se produjo una invasión al puerto que ensangrentó las calles en una muestra de crueldad y barbarie por parte de piratas franceses contra aquellos pobladores; diversos autores, entre ellos el músico y escritor venezolano César Muñoz señalan en sus análisis de la pieza, que ante la ola de saqueos y el terror infundado por los piratas, más de 6000 personas se congregaron en la iglesia del pueblo y allí cercados por las hordas galas, fueron encerrados sin acceso de agua y comida llevándolos a tal nivel de desesperación, que muchos buscaron alcanzar el techo del campanario y saltar al vacío con la esperanza incierta de poder ir al cielo.
En tal sentido, los desesperados feligreses, subían a través de una escalera grande para llegar a la base del campanario y de allí a través de una escalera más pequeña lograban alcanzar el tejado desde donde se abalanzaban al abismo, víctimas de la desesperación; de allí surgiría la estrofa: “Para subir al cielo se necesita una escalera grande y otra chiquita, Ay arriba y arriba, arriba iré”.
Por otro lado, se cuenta en la leyenda popular, que, ante la presencia de los piratas en la región, la condesa Beatriz del Real desde la hacienda de Malibrán habría increpado a sus peones diciendo: “¿Y Ahora que van a hacer, sí, ni marineros son?”, cuestionamiento ante el cual, el capataz del fundo, un negro llamado Málaga, de quién se dice era amante de la condesa respondió: “no soy marinero, pero aquí lo seré”, de lo cual se desprende el estribillo: “Yo no soy marinero, por ti seré” y luego ante la fuga de los piratas, a los miembros de ejército español al mando del virrey se les ordenó seguir a las embarcaciones invasoras, orden rechazada por el jefe de las tropas señalando: “Yo no soy marinero, soy capitán”.
RITCHIE VALENS, Y EL AVIÓN FATAL; No hay duda alguna que la universalización del tema “La Bamba” surge a partir de la figura de Richard Steven Valenzuela Reyes, mejor conocido en el mundo artístico como Ritchie Valens, el entonces nobel músico, nacido en 1941 en Estados Unidos pero de padres Mexicanos, impresionó a propios y extraños con su extraordinaria capacidad para interpretar la guitarra y desenvolverse sobre el escenario; no tardaron los cazatalentos de la época en interesarse en él y de esta manera logró grabar 2 discos, posicionándose con canciones como “Come On, Let´s Go”, “Donna” (que alcanzó el puesto # 2 de Billboard) y por supuesto “La Bamba” (# 22 de Billboard en ese mismo año), ésta última, ante la incredulidad de productores y músicos anglosajones logró ser un éxito a pesar de ser cantada en español, toda una innovación y revolución para la época.
Lamentablemente el ascenso de Ritchie se vio truncado por una fatalidad del destino; en medio de la Gira “Winter Dance Party” donde fue invitado a participar con las grandes estrellas de la época, producto de las calamidades del invierno, decidieron rentar una pequeña avioneta para trasladarse a la siguiente ciudad de la gira ya que era prácticamente imposible hacer el viaje por tierra, no cabían todos y el último puesto fue echado a la suerte entre Valens y Thomas Allsup, Ritchie salió ganador del volado y en él iba impreso el precio de su propia vida, la cual fugazmente se extinguió cuando tan solo contaba con 17 años, en la madrugada de aquel fatídico 3 de febrero de 1959, fecha que posteriormente en 1971 Don Mc Lean bautizó como “El día que murió la música”.
Gracias a una versión realizada en 1987 por el grupo “Los Lobos” sin cambiar nada a la interpretación de Valens y que sería el tema principal de la banda sonora para la película homónima, La bamba se convertiría en la primera canción en español de toda la historia en llegar al puesto # 1 del Billboard Hot 100; esa versión es la que seguramente todos conocemos debido al gran éxito de la película; lo cierto es que mucho tuvo que viajar y rehacerse en el tiempo la construcción de este ícono de la música universal para llegar a ser lo que hoy por hoy conocemos, una muestra más de como la música es capaz de trascender el tiempo y el espacio y buscar los medios para fluir hasta lo que en definitiva tenía que llegar a ser.
Richard Rico López
Hasta una próxima entrega…sugerencias: detrasdelanotaUH@gmail.com y cuenta en X: @RichardRico2011

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