Pekín.- La Unión Europea (UE) trasladó a China su «preocupación persistente por las restricciones a las libertades fundamentales y los derechos laborales» en el país asiático, un mensaje que el bloque transmitió a Pekín dentro del último Diálogo Conjunto sobre Derechos Humanos.
Durante la 39ª sesión de este mecanismo bilateral, celebrada este domingo en la ciudad china de Chongqing (centro), también se abordaron temas como la libertad de expresión, de reunión, de religión o creencias, así como el derecho a la igualdad y la libertad de discriminación, incluidos los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTI, informó este lunes en un comunicado el Servicio Europeo de Acción Exterior.
Además, la UE reafirmó su «oposición inequívoca» a la pena de muerte en «todas las circunstancias», instando a China a introducir una moratoria sobre la misma y a proporcionar «datos transparentes» relacionados con el uso del castigo capital en el país asiático, líder mundial en número de ejecuciones según cálculos realizados por organizaciones de derechos humanos.
Los representantes comunitarios, que viajaron del 13 al 15 de junio a la región china del Tíbet (oeste), enfatizaron asimismo que la selección de líderes religiosos debe ocurrir «sin interferencia gubernamental y respetando las normas religiosas».
En dicha región hay vigente un debate sobre la futura reencarnación de Buda, personificado en la actualidad en el decimocuarto Dálai Lama, exiliado en la India y cuyo sucesor tendrá que ser aprobado por el Gobierno chino, según Pekín.
La UE recordó la situación «particularmente vulnerable» de las personas pertenecientes a minorías religiosas, étnicas y lingüísticas en China y se refirió al «impacto negativo» de la nueva legislación de seguridad nacional de Hong Kong sobre los derechos y libertades de los habitantes de la excolonia británica.
Los delegados del bloque reiteraron sus preocupaciones sobre la «grave situación» de los derechos humanos en China, en particular en la región occidental de Xinjiang, donde existen numerosas minorías étnicas musulmanas.
También se refirieron en los mismos términos a la realidad en Tíbet y en Hong Kong, citando informes sobre la represión contra defensores de los derechos humanos, abogados y periodistas.
La UE instó a China a «investigar» y detener las violaciones de los derechos humanos, expresando preocupación por casos de «detención ilegal, desaparición forzada, tortura y maltrato».
También planteó varios casos individuales y pidió la liberación inmediata de personas en cuya detención se violó el derecho al justo proceso, entre ellos la pareja formada por el abogado defensor de los derechos humanos Yu Wensheng y la activista Xu Yan, apresados hace más de un año mientras iban de camino a una reunión en la embajada de la UE en Pekín.
Los emisarios de Bruselas mencionaron además los casos del activista de etnia uigur Ilham Tohti, la periodista Zhang Zhan, ya liberada pero todavía bajo vigilancia, activistas tibetanos como Go Sherab Gyatso y Tashi Dorje y Peng Lifa, que protagonizó una protesta en Pekín a finales de 2022 contra el Gobierno y contra la política de ‘cero covid’, entre otros.
Sin embargo, la UE reconoció al tiempo los logros de desarrollo de China que han resultado en una «significativa reducción» de la pobreza entre su población.
Por su parte, China abordó la situación y el tratamiento de los refugiados y migrantes en la UE y la situación de los derechos económicos, sociales y culturales en el bloque comunitario.
Según el comunicado, la UE y China coincidieron en la «importancia de defender la Declaración Universal de Derechos Humanos» y trataron cómo lograr tanto a nivel global como doméstico la «plena realización de los derechos económicos, sociales y culturales», algo que, según Bruselas, debe ocurrir «en igualdad de condiciones con los derechos civiles y políticos», ya que todos son «igualmente importantes e igualmente necesarios para proteger la dignidad humana».
La reunión sobre derechos humanos se produce en un momento de tensas relaciones entre Pekín y el bloque, marcadas por los aranceles impuestos por la UE a los vehículos chinos y las represalias tomadas por China, y por desavenencias en torno a la guerra de Ucrania, hacia la que el país asiático ha mantenido una posición ambigua./EFE