Luis Fuenmayor Toro /
Como era predecible, sobre todo luego del atentado que casi lo mata, que también era predecible y algunos habíamos alertado sobre esa posibilidad, Donald Trump ganó con facilidad las elecciones estadounidenses, frente a una Kamala Harris, mujer, morena y que inició tardíamente su campaña electoral, que además tenía como peso muerto a la pésima gestión de Joe Biden, quien incluso no dejó de interferir con su candidatura con declaraciones inoportunas. Kamala hizo cuanto pudo, de hecho, quedó mejor posicionada que Trump en los debates, pero era muy cuesta arriba su triunfo electoral.
Sin embargo, aunque mucha gente me preguntaba que quién ganaba, entre Trump y Kamala, nunca me pronuncié porque certeza del resultado no tenía y, en política, no me gusta actuar adivinando. Otra pregunta que me hacían era la de quién sería mejor para el gobierno de Maduro, si Trump o Harris como Presidente. A esta interrogante contestaba, con el lugar común de que la política exterior estadounidense era una cuestión de Estado y, por tanto, no variaba con los cambios en su jefatura, cosa cierta pero no totalmente, y menos con candidatos como Trump, que no son totalmente predecibles.
En este momento, llueven las opiniones de grandes “expertos” sobre la influencia decisiva que tendrá el gobierno de Trump, sobre la mal llamada revolución bolivariana, que no es ni la una ni otra. Ya salió incluso una declaración de María Corina Machado, en la escuetamente señala que el presidente Trump sabe muy bien quiénes son nuestros gobernantes y que hará con seguridad lo que es mejor para Venezuela. Dicho de esta forma ambigua, aunque a algunos no les parezca que haya ninguna ambigüedad, estamos dependiendo de los deseos que tengan los lectores de la escueta declaración.
No sé si María Corina se está cuidando de decir, por la calle del medio, lo que en muchísimas otras ocasiones ha dicho y que todos sabemos. A lo mejor las constantes acusaciones de traición a la patria y de andar por ahí exigiendo u organizando invasiones, han hecho mella positivamente en sus declaraciones generalmente muy concretas y sin muchos eufemismos. En todo caso, yo las puedo interpretar en el sentido de que Trump respetará el principio de no intervención en los asuntos internos de nuestro país, por lo que eliminará las sanciones y las ya famosas “recompensas”.
Lo anterior no es sólo mi deseo, pues las sanciones, independientemente que molestan seriamente al gobierno, lo cierto es que dañan mucho más a la nación venezolana. Además, creo firmemente en el principio de no intervención en los asuntos internos de ningún país y me considero un patriota, por lo que siempre estaré del lado de Venezuela, sin importarme quien gobierne. Debería también ser el interés del gobierno de Maduro, el cual, lamentablemente para los venezolanos, tiene unos funcionarios que no tienen semáforo entre lo poco que piensan y la boca, lo cual destruye toda acción diplomática pertinente.
Entre las cosas que Trump ha dicho es que acabará con las guerras, lo cual sería un gran reto y un gran logro de no tratarse de simple demagogia. Para comienzos de este año, había en el mundo unas 56 guerras, aunque no creo que Trump se haya referido a todas ellas. De esas, supongo que está privilegiando las de Rusia contra la OTAN, que se desarrolla en Ucrania, y la del exterminio genocida, en vivo y en directo, de los palestinos por parte de la entidad sionista genocida que llaman Israel, en el medio oriente, y cuya existencia es una vergüenza para la humanidad entera.
Una cosa es cierta: Trump no inició ningún conflicto bélico como tal, retiró las tropas estadounidenses de Siria, Irak, Somalia y Afganistán y llegó a un acuerdo con el Talibán en 2021. Pero eso no significó su renuncia a las acciones violentas. De hecho, utilizó drones estadounidenses en ataques militares en África, así como bombardeos selectivos en Irak, como el que asesinó al mayor general iraní Soleimani. En todo caso, es claro que su política exterior será en función de lo que considere son los mejores intereses estadounidense.