KIEV.- El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, subrayó en su visita a Ucrania la necesidad de establecer que Zaporizhia sea una «infraestructura puramente civil» para «garantizar la seguridad de la zona». Por ahora, Rusia se ha negado a retirar sus tropas de las instalaciones.
Los ojos del mundo vuelven a estar sobre Ucrania. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se encuentra en el país este 18 de agosto para tratar de rebajar las tensiones alrededor de la planta nuclear de Zaporizhia, ocupada por tropas rusas desde marzo de este año, y para intentar reabrir los caminos del diálogo entre ambas partes de la guerra que ya bordea los seis meses.
El alto funcionario habló desde Lviv, donde se reunió con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. «Las instalaciones no deben usarse para ninguna operación militar. Hace falta un acuerdo urgentemente para restablecer la infraestructura puramente civil de Zaporizhia y garantizar la seguridad de la zona».
Guterres insistió en que cualquier ataque contra la central es un «suicidio». Así, respondía al llamado de Zelenski, que había pedido a las Naciones Unidas sus esfuerzos para desmilitarizar la planta nuclear, la tercera más grande del mundo y la mayor de Europa, y que es escenario de disputa militar y retórica desde hace semanas entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, por ahora, la iniciativa se encuentra con la negativa rusa. «Las propuestas de desmilitarizar una zona en torno a la central nuclear de Zaporizhia son inaceptables», sentenció Ibán Nechaev, subdirector del departamento de Prensa e Información del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Además, este mismo 17 de agosto Rusia lanzó la advertencia de que Ucrania prepara una «provocación resonante» en Zaporizhia, el centro de atención de las últimas semanas y escenario de acusaciones cruzadas entre Kiev y Moscú para luego «acusar a la Federación Rusa de causar una catástrofe en la central eléctrica».
Pocas horas después, el Ejército ucraniano dio la misma alarma, esta vez respecto a sus contrincantes.
Este cruce acusatorio ejemplifica la dinámica que se sucede alrededor de la planta desde hace semanas: las instalaciones han sido atacadas en varias ocasiones y ambas partes han responsabilizado a su oponente. Ucrania denuncia además que Rusia usa las instalaciones para disparar contra las ciudades cercanas ucranianas.
Todas las partes parecen convencidas de la necesidad de que una delegación internacional visite Zaporizhia para evaluar su seguridad, pero las desconfianzas y las acusaciones cruzadas han impedido que la propuesta avance.
Por ahora, Ucrania, la ONU y Turquía consensuaron unos «parámetros» básicos para permitir la visita de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés).
Erdogan llama a hacer «esfuerzos para acabar la guerra diplomáticamente»
El presidente turco se reunió con Zelenski de manera bilateral y luego a tres bandas con Guterres y aseguró tener disposición para hacer «esfuerzos para acabar la guerra diplomáticamente». También le ofreció a su homólogo ucraniano «toda la ayuda necesaria» para «reconstruir Ucrania».
Erdogan está en una privilegiada cercanía con el dirigente ruso Vladimir Putin que ya se demostró con su gestión a la hora de lograr un acuerdo en Estambul, junto con la ONU, para reanudar las exportaciones de grano ucraniano.
También informó, después de la reunión, que buscaría consensuar con Putin un intercambio de prisioneros de guerra entre Kiev y Moscú.
Además, Zelenski aseguró que habían acordado «continuar con la coordinación en la implementación de la iniciativa del cereal».
Por su parte, Guterres pidió a Rusia y Ucrania garantizar el «espíritu de compromiso» para mantener el acuerdo, que por ahora ha permitido que 21 barcos hayan salido de los puertos ucranianos en menos de un mes.
Bombardeos sobre Járkiv y nuevas explosiones en Crimea
Nuevos bombardeos en la región de Járkiv recordaron a las misiones diplomáticas de Guterres y Erdogan en Lviv que la guerra sigue viva.
El Ejército ruso atacó la capital de la región, donde destruyó por completo un edificio de tres plantas que provocó la muerte de siete personas e hirió a 17.
Otro ataque cayó sobre la ciudad de Krasnohrad, donde las labores de rescate siguen activas. Por ahora, se ha registrado la muerte de dos personas. Oleh Syniehubov, jefe de la Administración Militar de la región de Járkiv, lamentó que la noche fue «una de las más trágicas para la provincia (…) desde el inicio de la guerra».
Mientras, los ataques en el sur aumentaron el jueves por la noche. Hubo al menos cuatro explosiones en Crimea, cerca a la base militar rusa de Belbek. Aquella es la península que se anexó Rusia desde 2014. El gobernador de Sebastopol, Mijaíl Razvojaev, anunció a través de Telegram que luego del ataque, las fuerzas antiaéreas rusas derribaron un dron ucraniano. «No hay daños. Nadie resultó herido», agregó el funcionario.
El pasado martes, hubo una serie de explosiones en un depósito de municiones también en Crimea. Rusia culpó a saboteadores por orquestar una serie de explosiones. Mientras que las fuerzas ucranianas están redirigiendo sus ataques contra los lugares controlados por Moscú, como es el caso de la península.
EFE/ Reuters/ AP/