SEÚL.- Este domingo, al día siguiente de la tragedia, el presidente surcoreano Yoon Seok-youl se dirigió a la nación y declaró un luto nacional inmediato por las víctimas de la estampida de Halloween en el distrito de Itaewon de Seúl. Tras el jefe de Estado, se sucedieron las declaraciones y los homenajes.
«Es un drama sin precedentes. Tenemos que establecer la causa exacta del accidente», escribió el líder del Partido del Poder Popular, Chung Jin-suk, en Facebook. El líder del opositor Partido Demócrata, Lee Jae-myung, dijo estar «conmocionado y devastado».
“Tenemos que centrarnos en identificar rápidamente a las víctimas y apoyar a las familias en duelo, así como en recuperar a los heridos” añadió. El alcalde de Seúl, Oh Se-hoon, interrumpió una gira por Europa que había comenzado el 21 de octubre.
Alrededor de 100.000 personas, según las estimaciones de los medios de comunicación locales, muchas de ellas muy jóvenes, habían confluido en el distrito de Itaewon el sábado por la noche para celebrar Halloween por primera vez desde el inicio de la pandemia de coronavirus.
Según la cronología establecida por los servicios de emergencia, las primeras llamadas de auxilio se hicieron a las 22.24 horas (hora local). Tres minutos más tarde, justo antes de que empezaran a sonar las alarmas, se enviaron cuatro vehículos de emergencia al lugar de los hechos.
A las 23.50 horas, los servicios de emergencia de Incgeon, una ciudad al oeste de Seúl, y de Gyeonggi, una provincia vecina de Seúl, fueron llamados como refuerzos. 848 socorristas, entre ellos 346 bomberos, fueron movilizados mientras que el ministro de Salud y Bienestar Social, Cho Kyoo-hong, llegó al lugar de los hechos a la 1.40 de la madrugada del domingo.
La mayoría de las víctimas tenían 20 años
El número de muertos aumentó rápidamente, pasando de unas 50 personas con paro cardíaco a las 2 de la madrugada a 151 muertos a las 7 de la mañana y a 153 muertos a las 11 de la mañana. «La mayoría de las víctimas tienen 20 años», precisó Choi Seong-beom, jefe de los bomberos del distrito de Yongsan, que incluye Itaewon.
«Mientras la gente de delante caía, los de atrás eran aplastados», reportó un testigo a la agencia de noticias surcoreana Yonhap, mientras otros describían los «gritos» de los atrapados. «Había mucha gente tirada en el suelo y muchos paramédicos. La gente también estaba dando reanimación cardiopulmonar», dijo otro testigo.
Las víctimas fueron trasladadas a diferentes hospitales de la ciudad. Los cuerpos de los fallecidos en el lugar de los hechos fueron primero colocados en un gimnasio cercano -para que los hospitales pudieran centrarse en los heridos- antes de ser trasladados a los centros sanitarios.
Tan pronto como se conocieron las primeras informaciones, el presidente Yoon convocó dos reuniones de emergencia y pidió que se movilizaran todos los recursos disponibles para ayudar a los heridos y que se investigara a fondo la causa de la tragedia.
Este domingo, las expresiones de simpatía y de solidaridad con el pueblo de Corea del Sur llegaron de todo el mundo. Entre otros mandatarios, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto con su esposa Jill, envió sus «más profundas condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos».
“Estamos de luto con el pueblo de la República de Corea y enviamos nuestros mejores deseos de una pronta recuperación a los heridos” dijo el presidente estadounidense.
Mientras tanto, las primeras polémicas han empezado a surgir. Según algunos informes, la policía trató de canalizar a la multitud, pero sin éxito. Muchos denuncian que la policía de Yongsan, y más precisamente la de Itaewon, carecía de personal y lleva varios meses pidiendo refuerzos.
Además de ello, algunas personas presentes en las festividades fueron criticadas en Internet por haber grabado la escena del drama mientras seguían bailando y cantando.
AFP/
