SAHEL.- Al menos 51 militares murieron el viernes 17 de febrero en una emboscada de presuntos yihadistas en el norte de Burkina Faso, donde los ataques de grupos armados se han intensificado desde principios de año.
Esta emboscada en la región del Sahel, fronteriza con Mali y Níger, cuyo balance provisional fue anunciado el lunes 20 de febrero por el Ejército, podría ser la más mortífera jamás cometida contra las fuerzas de seguridad desde la de noviembre de 2021 en Inata (norte), cuando 57 gendarmes murieron entonces tras pedir auxilio sin éxito.
El lunes por la noche, «se encontraron 43 nuevos cadáveres, lo que eleva el balance provisional a 51 soldados caídos», indicó el ejército burkinés en un comunicado. El lunes por la mañana se había dado un balance de ocho soldados muertos.
El ejército precisó que «las operaciones prosiguen con una intensificación de las acciones aéreas que han neutralizado a un centenar de terroristas y destruido su material». Esta cifra se suma a los cerca de sesenta terroristas neutralizados desde el inicio de la respuesta.»
«El Estado Mayor del Ejército «invita a todas las Fuerzas Armadas Nacionales a mantener la movilización que nos ha permitido alcanzar importantes victorias en las últimas semanas», señala el comunicado. El Estado Mayor también llama «al pueblo a la sagrada unión en torno a las Fuerzas de Defensa y Seguridad en estos difíciles momentos. Juntos derrotaremos al terrorismo».
Atentado «complejo»
Una patrulla militar «en movimiento» fue víctima de un ataque «complejo» el viernes entre Deou y Oursi (provincia de Oudalan), en la región del Sahel, indicó el sábado el Ejército sin dar un balance. Añadió que «intensos combates» habían enfrentado a los miembros de la unidad militar atacada «contra un grupo terrorista armado».
Los ataques mortales atribuidos a los yihadistas se han multiplicado en las últimas semanas en Burkina. Con el ataque del viernes, casi 200 personas -civiles y militares- han muerto en los dos últimos, según un recuento de la agencia de noticias AFP.
Burkina Faso, escenario de dos golpes militares en 2022, está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia yihadista que comenzó en Mali y Níger unos años antes y se ha extendido más allá de sus fronteras. La violencia ha dejado más de 10.000 civiles y soldados muertos en los últimos siete años, según las ONG, y unos dos millones de desplazados.
AFP/
