ANKARA.- La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) declaró este viernes que el número de muertos en Turquía a causa de los terremotos ascendía a 44.218 el viernes por la noche.
Con la última cifra anunciada de 5.914 muertos en Siria, el número combinado de víctimas mortales en ambos países superó los 50.000.
Ankara giró en las últimas jornadas el foco de atención hacia las constructoras de las edificaciones afectadas durante el temblor. El Gobierno desarrolla una investigación a los contratistas sospechosos de violar las normas de seguridad de las edificaciones para resistir ante hechos naturales como el ocurrido hace dos semanas.
El ministro Soylu afirmó que al menos 564 personas son consideradas como sospechosas, 160 ya han sido arrestadas por las autoridades de manera formal y otro número indeterminado enfrenta investigaciones.
Este es un punto clave para el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que se presentará en unos meses a las urnas. La oposición, además de señalarlo por la situación económica que ya experimentaba el país, ahora lo acusa de no hacer cumplir las normas de construcción necesarias para evitar las dimensiones del siniestro estructural que se vive.
Según el Gobierno, se han levantado unas 313.000 casas de campaña para los damnificados y se prevé la instalación de unas 100.000 viviendas de contenedores en las zonas más afectadas. Más de 600.000 apartamentos y al menos 150.000 locales comerciales sufrieron daños en distintos niveles.
El pasado martes, Erdogan dio a conocer que unas 850.000 personas están viviendo en casas de campaña y otras 23.500 en casas de contenedores. Los albergues de estudiantes también se han facilitado para refugiar a quienes perdieron todo, 376.000 ciudadanos duermen bajo esa opción de techo, junto con otras residencias públicas a las afueras de las áreas del epicentro.
La ONU espera ampliar sus labores de ayuda en Siria
La otra cara de la moneda que comprende este desastre es Siria. Según Reuters, ese país se acerca a los 6.000 muertos.
El noroeste sirio, el más afectado por los temblores, recibirá un aumento de la ayuda de la Organización de Naciones Unidas. Esa zona, controlada por los rebeldes que luchan contra el Gobierno de Bashar al-Assad, fue la que más muertos reportó: 4.500 personas.
El coordinador humanitario regional para la crisis siria, Muhannad Hadi, declaró que esperan “muy pronto esta semana llegar a 40 camiones por día, que es el doble” de lo que llegaba “antes del terremoto, a medida que haya más recursos disponibles”.
Sin embargo, Hadi resaltó que esa cifra no era suficiente para enfrentar la gravedad de la situación que allí se presenta. Hasta el momento, cerca de 300 camiones han llegado a la zona mediante la frontera turca. Esta nación abrió cruces fronterizos adicionales para facilitar la entrega; Al-Assad autorizó la apertura de otros tres.
La ONU ha denunciado que la línea dura de las autoridades sirias ha bloqueado varias entregas. Las restricciones de seguridad impuestas por Damasco en ocasiones dificultan la distribución y politiza el proceso.
El mismo Muhannad Hadi realizó un llamado de atención. “Tenemos productos básicos en las áreas controladas por el Gobierno, tenemos almacenes (…) y cuando tienes personas necesitadas, debes pensar en la eficiencia y la eficacia. No se trata de política» (…) Necesitamos acceso desde todas las direcciones», puntualizó el funcionario de la ONU.
En Siria, unas 8,8 millones de personas fueron afectadas por el terremoto. Hadi considera que se necesitan unos 400 millones de dólares para responder a sus necesidades.
Reuters/
