Sudán: HRW denuncia uso de explosivos en zonas civiles, mientras fracasa nuevo intento de tregua

JARTUM.- Este 4 de mayo, el primero de los siete días del cese al fuego pautado entre las partes enfrentadas en Sudán, estuvo marcado por combates y bombardeos. Human Rights Watch denuncia que las dos partes del conflicto utilizan armas explosivas en zonas residenciales. Entretanto, la ONU urge a permitir el paso seguro de asistencia humanitaria, luego de que seis camiones de la organización fueran saqueados.

El estruendo de los bombardeos y las nubes de humo negro producto de explosiones volvieron a sacudir a Jartum, la capital sudanesa, este jueves 4 de mayo. Una jornada que se suponía sería la primera de siete días de alto al fuego.

Es la tregua de mayor extensión prometida hasta el momento por las dos partes que se disputan el poder ante la falta de un gobierno: el Ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Pero en más de dos semanas del estallido de los combates, ninguna de las treguas anunciadas ha sido cumplida.

Gunfire and explosions gripped Khartoum for a 20th straight day Thursday leaving the latest ceasefire effort in tatters, a day after UN chief Antonio Guterres acknowledged the international community had «failed» Sudan.https://t.co/6nW5TBfKQd— AFP News Agency (@AFP) May 4, 2023

Nuevas escenas de violencia se registraron en momentos en que las tropas del general Abdel-Fattah Burhan intentaron hacer retroceder a las fuerzas rivales del general Mohamed Hamdan– con las que hasta hace poco codirigían la nación- de las inmediaciones del palacio presidencial y del cuartel general del Ejército.

También se produjeron intensos bombardeos en las ciudades vecinas de Omdurman y Bahri. En el fuego cruzado quedan miles de civiles atrapados.

HRW denuncia el uso de explosivos en zonas residenciales

En las últimas horas, Human Rights Watch (HRW) denunció que entre las armas que utilizan los dos bandos en áreas habitadas por civiles se encuentran cohetes y bombas, lo que aumenta la probabilidad de víctimas mortales, al menos 550 confirmadas por Sudán hasta el martes 2 de mayo.

«Las unidades armadas beligerantes de Sudán están mostrando un desprecio temerario por la vida de los civiles al utilizar armas imprecisas en zonas urbanas pobladas», indicó el investigador para Sudán de HRW, Mohamed Osman.

Estas acciones también causan daños en infraestructuras críticas para el acceso al agua y la atención médica en el empobrecido país y HRW recordó que los dos bandos enfrentados «tienen un largo historial de graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario y los derechos humanos”.

«Muchos civiles de Jartum y otros lugares se han visto obligados a permanecer en sus casas, soportando escasez de agua y electricidad en medio de un calor sofocante y sin acceso a atención médica. Muchos hospitales y otros centros médicos han tenido que cerrar», señaló Osman.

Ante este panorama, HRW urgió a la ONU y a la Unión Africana a tomar acciones. “Es fundamental que el Consejo de Seguridad bloquee todas las transferencias de armas a Sudán, garantice la presentación de informes sobre los abusos y cree un mecanismo que ayude a llevar ante la Justicia a los responsables de delitos graves», sostuvo.

La ONU denuncia saqueos y pide el paso seguro de ayuda humanitaria

Mientras tanto, Naciones Unidas aseguró que presionó a las facciones beligerantes de Sudán para garantizar el paso seguro de la ayuda humanitaria después de que seis camiones fueran saqueados.

El secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, señaló que espera sostener reuniones cara a cara con representantes de los dos grupos armados en los próximos días para obtener garantías de que los convoyes de ayuda puedan entregar los esperados suministros a la población, ávida de alimentos, agua y medicinas.

Además, Naciones Unidas advierte que los combates podrían causar una «catástrofe humanitaria» que se extienda a otros países.

Y es que desde que detonaron los enfrentamientos armados, el pasado 15 de abril, el éxodo masivo es evidente dentro y fuera de las fronteras de Sudán. 

Al menos 330.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus hogares. De ellas, alrededor de 100.000 han cruzado a países vecinos ya empobrecidos, los cuales se enfrentan a una crisis de refugiados porque la cifra de quienes huyen al extranjero puede ascender a al menos 800.000, estima la ONU.

En Sudán, un cuarto de la población dependía de ayuda humanitaria antes de que estallara el conflicto en curso, pero esas labores se ven ahora obstaculizadas por la violencia.

Por lo pronto, y con los mediadores internacionales presionando por conversaciones de paz, el Ejército aseguró que enviaría un representante para sostener conversaciones con los líderes de Sudán del Sur, Kenia y Yibuti.

Sin embargo, remarcó que no habría discusiones cara a cara con las FAR, por lo que la comunicación sería a través de mediadores.

Reuters/ AP/ EFE/

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