PARÍS.- El aumento de los precios, la inflación, el desabastecimiento de combustible producto de huelgas en las refinerías, entre otros temas que generan un alto malestar social, hicieron que la izquierda francesa, convocada por el movimiento político de Jean Luc Mélenchon, Francia Insumisa, salió a las calles de París para mostrar su descontento.
La protesta es el prólogo de lo que puede ser una semana compleja para el presidente Macron. Y es que el próximo martes se llevará una movilización nacional de sindicatos que puede paralizar sectores críticos.
Durante el recorrido, comprendido entre la Plaza de la Nación y la de la Bastilla, se reportaron algunos hechos vandálicos, como la quema de botes de basura y el destrozo de cajeros automáticos, por lo que tuvo que intervenir la policía antidisturbios en algunos puntos.
“¡Macron es caos! Y nosotros somos la gente que sabe, instruida, contrabajos. ¡Somos orden!”, afirmó el líder de izquierdas Jean Luc Mélenchon en la movilización.
Una de las exigencias más consensuadas entre los descontentos, no solo encabezados por el líder izquierdista, sino también por la recién nombrada premio Nobel de Literatura, Annie Ernaux, era la de aplicar un impuesto especial a las compañías que hayan tenido ganancias desproporcionadas durante la guerra, algo a lo que se opone el Gobierno.
La falta de combustible es una de las principales causas de protesta
El malestar social ha venido creciendo en las últimas semanas, y en parte, a causa de la huelga de las refinerías. Iniciada el pasado 27 de septiembre, ha hecho que los combustibles sean escasos en buena parte de las gasolineras francesas. Los trabajadores de esos centros vitales para el funcionamiento del país exigen un 10% de aumento para compensar los efectos de la inflación.
Aunque la empresa TotalEnergies llegó a un acuerdo con dos grandes sindicatos por un 5%, otro gigante, la Confederación General del Trabajo se niega, por lo que el paro se extenderá en los próximos días en al menos cinco refinerías.
A pesar de que el Gobierno intenta atenuar las molestias de su propio bolsillo, el descontento persiste. Este domingo se conoció que la primera ministra, Elizabeth Borne, anunció la prolongación de un descuento sobre todos los combustibles financiado por el Elíseo.
En entrevista al canal TF1, Borne lamentó que “una minoría de asalariados bloqueen el país” por su detención en las refinerías.
Sin acuerdo para el presupuesto de 2023
Macron ya no cuenta con la mayoría absoluta en la Asamblea que otrora le facilitaba la dirección del país. Con una oposición fortalecida en el legislativo y representada por dos importantes rivales, Marine Le Pen y Mélenchon, no se ha llegado a un acuerdo para los fondos necesarios.
La partida a ‘tablas’ que impide la aprobación de ciertas medidas o el cumplimiento de las promesas hechas en campaña crea incomodidad entre los franceses, por lo que el Gobierno intenta aprobar el plan de presupuestos por la ‘vía rápida’ establecida en la constitución.
«Sin duda tendremos que usar el (artículo constitucional) 49.3, pero no será mañana», dijo la primera ministra este domingo. Sin embargo, de utilizarlo, tienen la advertencia de Le Pen y Mélenchon de presentar sendas mociones de censura contra el ejecutivo.
El artículo citado reza que el premier podrá, “previa deliberación del Consejo de Ministros, plantear la responsabilidad del Gobierno ante la Asamblea Nacional sobre la votación de un proyecto de ley de Presupuestos o de financiación de la seguridad social. En tal caso este proyecto se considerará aprobado, salvo si una moción de censura, presentada dentro de las veinticuatro horas siguientes, fuere votada”.
Para quitar peso al tema, a jefa de Gobierno hizo saber que existen “conversaciones de calidad” en curso con la oposición.
De ir adelante con la moción de censura planteada por sus contrarios, se forzaría a la disolución del Parlamento y posteriormente nuevas elecciones legislativas.
Un “éxito” que coloca a Macron “en serios apuros”
Los próximos días serán difíciles para el ejecutivo y Jean Luc Mélenchon lo sabe. Según él, la marcha fue “un innegable éxito”, además de considerar que el jefe de Estado, Emmanuel Macron “está en apuros”.
Como contando los días finales de su adversario político, el izquierdista afirmó que «Hoy es el primer día, el de la marcha popular; el segundo día será el del 49.3; y el tercero, el de la huelga general, del martes».
“Van a vivir una semana como ninguna otra, nosotros somos los que la empezamos con esta marcha”, dijo en otro momento.
Según la dirección de la movilización, unas 140.000 personas asistieron al llamado, mientras que las autoridades rebajaron la cifra a 30.000.
EFE/ Reuters/ AP/
