Ya salimos de un gobierno, ahora vamos por el otro

Hasta el último día del año pasado, Venezuela era el único país del mundo, con dos presidentes y que, ante la agudizada crisis social, política y económica, vivida por todos los venezolanos, la mayoría de la población estaba convencida, que la solución a los problemas estructurales, debía pasar por salir de ambos.

El Gobierno interino de Juan Guaidó implosionó apenas entró el 2023, las acusaciones de corrupción y la fragmentación política de los 4 partidos que sostenían el interinato, dieron por culminada esa atrocidad inconstitucional, que sólo sirvió para llenar los bolsillos de los que participaron en el y para fortalecer al gobierno de Maduro una especie de complicidad mutua.

Ya salimos de un gobierno y vamos por el otro. Es completamente incoherente que un gobierno que se hace llamar socialista, haya planeado desde un principio, desconocer el valor social del trabajo, pagando salarios miserables e ignorando los logros obtenidos por la masa trabajadora del país, que durante años de lucha se vieron materializados en sus diferentes convenciones colectivas.

Las pretensiones de Maduro son claras, dominar a la gente a través de sus necesidades básicas, induciendo el hambre y la pobreza, pues el débil argumento de las sanciones impuestas por el gobierno norteamericano, ya no se las cree la gente, al ver los extravagantes estilos de vida que ostentan los que hoy ejercen funciones de poder.

El descontento generalizado se ha incrementado paulatinamente, ahora pareciera que este otro gobierno, tiene también un fin en el futuro cercano. Las manifestaciones de los trabajadores del país han ido creciendo en número y en nivel de conciencia. Y pareciera que estamos aprendiendo que las ideologías políticas solo han servido para manipular y dividir a la población.

Hoy no se marcha, ni por los de derecha, ni por los de izquierda. Se marcha por la vida y por los justos reclamos al respeto de los derechos ciudadanos, contemplados en nuestra constitución.

Nadie quiere saber de viejos dogmas, sabemos que mientras la derecha muestra su eficiencia en la distribución desigual de las riquezas, la izquierda por su parte distribuye igualitariamente la pobreza.

Al final ambas corrientes ofrecen el mismo resultado; una sociedad dividida por ideologías decadentes, mientras unos pocos terminan ricos, robando el erario público y la mayoría absoluta condenados a la miseria.

Salir del gobierno de Maduro y terminar de una vez por todas con la tiranía, está en nuestras manos, sólo nosotros podemos hacerlo. No se manifiesta solamente saliendo a la calle, en democracia la mejor manera de protestar es votando, tal vez muchos piensen que no hay por quien hacerlo, pero sigamos elevando ese nivel de conciencia y salgamos a votar, en las venideras elecciones presidenciales. Y si su descontento es muy grande, no lo haga para elegir a un nuevo presidente, sino para que el que está, salga.

Entendamos que mientras menos tengamos, más importante es nuestro voto. Es, a través del voto que se han construido naciones, pero con la indiferencia no se construye nada.

Froilán Sánchez

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