En el sur de Portuguesa, el municipio de Guanarito se encuentra en una encrucijada política y social que refleja la complejidad de la gestión de recursos en un país rico en petróleo. El gasoil subsidiado, un recurso vital para la operatividad municipal, se ha convertido en un símbolo de poder y control político.
La Alcaldía de Guanarito, actualmente bajo el mando del socialcristiano Valmore Betancourt, enfrenta obstáculos significativos en su gestión diaria debido a la falta de acceso al gasoil subsidiado. Ese combustible, esencial para el funcionamiento de los vehículos y máquinas, es indispensable para llevar a cabo proyectos y servicios que benefician a la comunidad. Sin embargo, la administración local se ve paralizada, incapaz de cumplir con sus responsabilidades, mientras que los vehículos permanecen inactivos por falta de gasoil.
Por otro lado, el control del gasoil subsidiado está en manos de un diputado del PSUV, lo que plantea preguntas sobre la equidad y la transparencia en la distribución de ese recurso. La influencia del partido oficialista parece sobrepasar la autoridad local, y ser militante del PSUV parece tener más peso que la posición de alcalde cuando se trata de la asignación de gasoil.
Las acusaciones de proselitismo y peculado de uso son graves y apuntan a un uso indebido del gasoil destinado a Guanarito. Se alega que los militantes del PSUV utilizan el combustible para actividades de proselitismo político, en lugar de destinarlo a los fines previstos para el bienestar de los ciudadanos.
La situación en Guanarito es un microcosmos de los desafíos que enfrenta Venezuela en su conjunto. La necesidad de una distribución transparente y equitativa del gasoil subsidiado es imperativa para garantizar que los recursos del país se utilicen en beneficio de todos los venezolanos, no solo de aquellos con afiliaciones políticas específicas. Es hora de que Guanarito, y Venezuela en su conjunto, encuentren un camino hacia una distribución de recursos más justa y democrática.
Este breve artículo solo rasga la superficie de una problemática mucho más profunda y compleja; pero sirve como punto de partida para una discusión más amplia sobre la política de recursos y su impacto en la vida de los ciudadanos.
Por: Felipe Jiménez Dueño