Iván Colmenares /
Uno pasa, como dicen ahora, por donde Kiko Bautista en su programa, fundamentalmente convertido en monólogo, porque editorializa en cada pregunta y eso parece un cementerio. Un verdadero desfile de cadáveres políticos, aunque en la política no hay muertos, pero que son llevados para fortalecer la narrativa de un régimen, que tiene en el dueño de Globovisión, uno de sus más fuertes aliados comunicacionales, aunque con un rating bien escaso.
Uno lo hace para averiguar porque quizás esté Rafael Simón Jiménez, Eduardo Fernández o Enrique Márquez. Pero hay unos individuos que para congraciarse con el “entrevistador”, le siguen el consonante. Escuchar por ejemplo a Leonardo Carvajal, hablar de la lucha entre el bien y el mal como un elemento antiquísimo, que lo es por lo demás, muy usado en la reciente campaña electoral, me parece una perogrullada, una excusa para salirse de “la polarización” y ser bien visto por la dictadura, aunque esos bichos no creen en lisonjeros de última hora. El último que vi con el cuento de una crisis política, ajustándose a la adulación de Kico, fue a José Luis Farías: “Hay una crisis que debe resolverse aquí”, como si el 28J no hubiese existido.
Una elección es un juicio, un veredicto, sobre la gestión de un gobierno. Eso fue lo que aprendimos en democracia. Es acudir a un colectivo que tiene según el artículo 5 de la Constitución, “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce… mediante el sufragio”. Pero para Kico y algunos de sus invitados, este gobierno que tiene todas las instituciones no va a entregar el poder para que los jodan, porque según él, tan brillante antes, tan servil ahora, esas son las intenciones de quienes ganaron.
Resulta que acudimos a un evento convocado de un día para otro, exageración pedagógica, de acuerdo a las predicciones de los babalaos que mantienen en Miraflores. Nos permitieron hacer las primarias, porque ya todo estaba escrito en sus salas situacionales, y la candidata que ganó fue inhabilitada por segunda vez. MCM escogió a Corina y tampoco fue aceptada. Nos permitieron que se quedara “un viejo decrépito” porque según ellos, el voto no se transfiere y ese carcamal no iba a poder con el establishment rojo. Después que si eliminaban la tarjeta o al candidato.
Fuimos a la contienda. Sin propaganda en los medios, porque las amenazas eran brutales y los ejemplos los habían dado, cerrando una “catajarra” de radios, sin prensa escrita desde hace lustros, salvo las redes sociales. Saboteando los actos, robándose los sonidos, deteniendo dirigentes, cerrando las alcabalas, impidiendo la contratación de transporte para nuestros simpatizantes, amenazando como la infeliz acotación de la emperatriz en la rueda de prensa de su consorte “a los financistas también”, tumbando árboles en las vías para que María Corina no pasara y la ingeniera construyó una gesta, donde cada día, crecía más la admiración y el fervor por el cambio que ella sigue representando. Bueno, llegamos al 28 de Julio, con la zozobra de la tarjeta, sin dinero, confiando en la gente y en las organizaciones políticas para sostener a nuestros testigos, que estaban dispuestos a todo.
El régimen puso el árbitro, la pelota, la cancha, las arquerías, la de meter goles ellos más grande, donde debía meterlos Edmundo, mucho más chica, sin cambio a mitad de tiempo. Sólo entraron al estadio, como acaba de pasar en el Monumental de Maturín, lo que ellos querían. Pero la vinotinto democrática, en juego televisado a señal abierta, le metió 7 a 3. Es decir, el equipo capitaneado, hasta el minuto 90, por Edmundo 7.303.480 votos contra 3.316.142 votos del team reeleccionista. Sin embargo, el árbitro le levantó la mano al rojo, a pesar de la coñaza electoral que se llevó e impúdicamente, anunció el fraude. El VAR, su TSJ sin ver los videos, sin revisar cajas con resmas de papel oficio sin imprimir y las FFAA con el sobre número sin entregar al CNE, dijeron lo mismo. ¿Entonces, para qué coño hicieron elecciones?
Ergo, ese cuento chino desarrollado por Kico y los que se parecen a él, todos los días, debería estar resuelto, si se siguiera la norma. Pero lo que no se dice en Kicosis, es que se robaron las elecciones. Cometieron un fraude colosal que el mundo repudia. Así como no tienen partida de nacimiento de Nicolás, ni acta de defunción de Chávez, tampoco muestran las actas o por lo menos, los resultados, mesa por mesa, cosa que hizo en forma brillante e inesperada, con una recolección de actas al 95 por ciento, el Comando Venezuela y la Plataforma Unitaria, con la lideresa del proceso, María Corina Machado.
Lo peor para ellos, es que no pueden sostener la farsa y cada día, mienten más descaradamente, sin soporte, mientras que el mundo actúa y ellos hablan de injerecias. Esa tampoco la entiendo. Maduro y Diosdado insultan a media humanidad, pero esto es soberanía. Nos vemos el 28S. ¿Usted también se suma?