Desde el conuco/ EL CAFÉ Y LAS LLUVIAS DE NOVIEMBRE

Por: Toribio Azuaje /

***“La tortuga puede hablar más del camino que la liebre”

Khalil Gilbran…

Noviembre anda con unas lluvias persistentes, este mes se inició con lluvias, después de los soles graneados pero inclementes del mes pasado, las lluvias de noviembre apuran la madurez del grano. Ya la gente anda apuradita buscando los obreros para recolectar los granos de café que traerán un poco de alegría a los caficultores.

Mucha gente, incluyendo hombres de los centros poblados más cercanos, se internan en la montaña por semanas enteras, recolectando el café de finca en finca, hasta que terminada la cosecha retornan a sus casas de origen. Cada año se repite la historia y hay obreros que llevan muchos años acudiendo religiosamente a la recolección del grano. Se conocen todas esos cafetales hasta en los más apartados y distantes caseríos.

Desde temprano comienzan los trabajadores a ofrecer sus servicios para ésta tarea y muchos son conocidos ya por todos estos montes.

Hay quienes contratan mano de obra femenina, pues las mujeres tienen a maltratar menos las matas de café, sus manos sutiles acarician las maticas de café y esto incrementa la cosecha del siguiente año; así que, algunos cafetales se adornan de mujeres en la temporada de cosecha. Papá decía que este era el café más sabroso y aromático.

¡Cónchale compadre! de no ser por lo traumático que resulta para el caficultor vender su cosecha a precios que a veces no compensan los gastos, de no ser por esa realidad repetitiva y miserable, que golpea a nuestra gente, seríamos mucho más felices en estos campos del café. Ricardo, anuncia que ya ha tenido que vender algunos granos para pagar obreros. Pese a todos los sinsabores de la vida, La alegría que nos visita en estos tiempos se sobrepone y supera cualquier dificultad.

Ya la gente comienza a bajar los sacos del producto para pagar la deuda acumulada durante el año. Las mujeres se ven bajar al pueblo, alegres con sus maletas de café que lo convierten en alimentos y una que otra prenda necesaria, o tal vez algún implemento escolar para los muchachos. Nohemí, logró comprar una pequeña lavadora que le será muy útil. Ramona se hizo de un pequeño enfriador para conservar los alimentos.

Así transcurre la vida en estos cafetales, la cosecha esperada con ansias, para algunos, a veces no compensan el trabajo entregado al cuidado de estos cafetales. Si tan solo la gente lograra organizarse, en lo local, en su caserío, entre sus amigos y familiares, tal vez así, lograrían un mejor trato a la hora de vender su cosecha.

Diversificar no solo es incorporar otros rubros agrícolas a la producción, incluyendo animales menores, apicultura, etc. Algunos pueden darle un tratamiento distinto a su cosecha, podrían venderlo procesado, explorando posibles mercados para colocar el producto. Con un plan bien sustentado y armonioso, (esto si debe ser apoyado por el Estado), podemos convertir muchos de nuestros espacios en atractivos turísticos, algunos viven en ambientes que gozan de condiciones óptimas para esta actividad económica.

Todo en la vida requiere organización, y ésta solo se produce cuando la gente entiende que hay que juntar voluntades para trabajar de mejor manera. Hay que buscar la mejor forma de agregarle valor a nuestro grano para diversificar y mejorar nuestra actividad económica. toribioazuaje@gmail.com

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