WINTZENHEIM.- Una casa de verano, en el este de Francia, destinada a personas en situación de discapacidad mental, se convirtió en un infierno en cuestión de minutos.
La vicefiscal Nathalie Kielwasser confirmó en las últimas horas que 11 personas murieron.
La primera ministra Elisabeth Borne, quien se trasladó al lugar, había confirmado inicialmente el hallazgo de “ocho personas fallecidas”, mientras que otras tres se encontraban desaparecidas, pero posteriormente la cifra confirmada de fallecidos ascendió.
Las víctimas fueron encontradas en el piso superior y en un entresuelo que colapsó, debido al incendio. Cinco personas lograron escapar del edificio, pero la rápida propagación del fuego y su intensidad dificultaron los esfuerzos y la evacuación de quienes se encontraban en el piso superior.
La investigación sobre las causas de este desastre está en marcha y las autoridades asignaron a la sección de la gendarmería de Estrasburgo la tarea de esclarecer las circunstancias que condujeron a la tragedia.
La vicefiscal señaló que, aunque aún es “demasiado pronto” para determinar el origen preciso del incendio, las autoridades se centran en examinar las condiciones del alojamiento y la capacidad de acogida del lugar.
Por su parte, el presidente Emmanuel Macron expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, a través de redes sociales. Asimismo, el mandatario agradeció a los equipos de seguridad y servicios de emergencia por su labor.
El incendio más letal de los últimos siete años en Francia
El alojamiento, que era un antiguo granero de dos pisos y ático, estaba siendo utilizado por dos grupos de personas en situación de discapacidad mental durante sus vacaciones, bajo la supervisión de dos asociaciones locales.
Los residentes, que recibieron apoyo constante durante todo el año por parte de organizaciones de asistencia para personas en situación de discapacidad mental, participaron individualmente en esta estancia.
Este incendio se convierte en uno de los más letales en Francia en los últimos siete años.
La última vez que el país enfrentó una tragedia de esta magnitud fue en 2016, cuando el fuego en un bar causó la muerte de catorce personas. Ese incidente fue el resultado de un accidente durante una celebración en el sótano del lugar.
En 2015, otra devastadora deflagración cobró la vida de 41 residentes a las afueras de Puisseguin. En ese momento, un autobús para personas jubiladas colisionó con un camión, desencadenando una tragedia que conmocionó al país.
Entretanto, el incendio de este miércoles deja una profunda huella en la comunidad local y en toda Francia, resaltando la importancia de la seguridad en los alojamientos y la necesidad de tomar medidas para prevenir este tipo de catástrofes.
Reuters/ AP/
