Franja de Gaza.- Este domingo 31 de marzo había sido un día esperado por todos aquellos que albergan la esperanza de un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde han muerto más de 32.700 personas desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre, según contabiliza el Ministerio de Salud local, controlado por el grupo palestino islamista Hamás.
Una delegación israelí se hizo presente en la mañana en El Cairo, Egipto, para iniciar las negociaciones. Sin embargo, las primeras noticias del encuentro, al que no han acudido representantes del grupo palestino, han dejado entrever más tensiones que avances.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien tenía programada una operación la noche de este domingo a causa de una hernia, acusó durante el día a Hamás de haber endurecido sus pedidos en la mesa de diálogo.
«Si bien Israel fue flexible en sus posiciones durante las negociaciones, Hamás las endureció», dijo el mandatario israelí, quien prometió mantener la presión militar sobre el grupo islamista.
Las negociaciones tendrían como objetivo un alto el fuego de seis semanas a cambio de la liberación de 40 de los 130 rehenes que todavía están retenidos por militantes de Hamás en Gaza.
El grupo palestino, que ha pedido en las últimas semanas un cese definitivo de los ataques y que las tropas israelíes se retiren del territorio, se ha rehusado acudir a El Cairo, donde Egipto y Estados Unidos median por conseguir un cese de hostilidades, y se ha dicho a la espera de una propuesta israelí.
De hecho, un representante de Hamás aseguró bajo anonimato a la agencia de noticias AFP que las posiciones entre ambos bandos «están demasiado alejadas» y señaló al premier israelí de aparentar su voluntad de diálogo. «Netanyahu no habla en serio ni está interesado, y la Administración estadounidense no ejerce una presión real», añadió respecto al principal aliado de Israel.
OMS denuncia ataque en hospital; Israel dice que destruyó «centro de mando de la Yihad Islámica»
En las últimas horas, los ataques de Israel en distintos puntos de la Franja de Gaza se han mantenido, causando la muerte de al menos 77 personas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció un ataque al hospital Al-Aqsa, mientras miembros del personal del organismo estaban en las instalaciones. Este hospital público, situado en el centro de la Franja, es el único en Deir al-Balah y uno de los más importantes de la zona.
«Un equipo de la OMS se encontraba en una misión humanitaria en el hospital Al-Aqsa de Gaza cuando un campamento dentro del recinto hospitalario fue alcanzado por un ataque aéreo israelí. Cuatro personas murieron y 17 resultaron heridas», dijo en X el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien precisó que los funcionarios salieron ilesos y no dio detalles de las víctimas.
En una batalla constante por la información que ha caracterizado a esta guerra, Israel aseguró rápidamente que se había tratado de un ataque contra un presunto centro de mando de la Yihad islámica —movimiento armado aliado de Hamás— que se encontraba en el patio del hospital Al-Aqsa.
«El centro de mando y los terroristas fueron atacados con precisión, con el objetivo de minimizar el daño a los civiles no implicados en la zona del hospital», dijo el Ejército israelí. «El edificio del Hospital Al-Aqsa no sufrió daños y su funcionamiento no se vio afectado», añadió.
La Yihad Islámica no se había pronunciado al respecto el domingo, mientras que las autoridades palestinas dijeron que el ataque alcanzó tiendas de campaña donde se albergan civiles, dejó cuatro víctimas mortales e hirió a muchas más, entre ellas cuatro periodistas.
Salí a comprar medicinas a una farmacia y lo que vi me rompió el corazón. Calles enteras con edificios fueron destruidos
En otras partes de la Franja, Israel ha mantenido presión sobre otros hospitales. En Khan Younis, en el sur del territorio palestino, las fuerzas israelíes continuaron un bloqueo contra los dos principales hospitales. Y en la ciudad de Gaza, en el norte y principal urbe del enclave, el Ejército de Israel continuó sus operaciones en el Hospital Al-Shifa, el mayor complejo hospitalario de toda la Franja de Gaza.
Residentes cercanos al hospital aseguraron que las fuerzas israelíes han destruido barrios cercanos. «Salí a comprar medicinas a una farmacia y lo que vi me rompió el corazón. Calles enteras con edificios fueron destruidos», aseguró Abu Mustafa, de 49 años, por teléfono a periodistas de la agencia Reuters. «No es una guerra, es un genocidio», agregó.
Israel asegura que Al-Shifa alberga a militantes de Hamás y de la Yihad Islámica y que debajo del complejo hay una red de túneles de supuestos militantes. El grupo islamista niega, al igual que los médicos del lugar, que haya cualquier presencia armada en el hospital y acusan a Israel de cometer crímenes de guerra, arrestando y matando civiles en las instalaciones.
En tanto, tanques de guerra bombardearon zonas del centro y el este de Gaza.
Los pedidos de renuncia contra Netanyahu continúan
El domingo, Israel volvió a ser testigo de la ira de decenas de miles de manifestantes que llevan semanas pidiendo la renuncia del primer ministro. “¡Elecciones!”, “Netanyahu ¡debe irse!” y “¡Traigan de vuelta (a los rehenes) ahora!”, fueron algunas de las consignas coreadas.
En la protesta había familiares de los ciudadanos secuestrados por Hamás el 7 de octubre que piden al Gobierno llegar a un pacto con el grupo palestino para que libere a sus familiares, pero también detractores de la gestión de Netanyahu, que consideran que tanto él como su Gobierno han hecho una mala gestión de la guerra.
El mandatario parece ajeno a los reproches. Mientras se desarrollaba la manifestación en su contra, Netanyahu, quien tiene varios casos judiciales que le apuntan por corrupción y que antes de la guerra impulsaba una impopular reforma a la Justicia por la que se le señalaba de intentar socavar la independencia de poderes, ofrecía a su vez una conferencia de prensa:
«Unas elecciones ahora, en plena guerra, paralizarían a Israel durante al menos seis meses. Paralizarían las negociaciones para la liberación de nuestros rehenes (…), el primero en acogerlas sería Hamás», aseguró ante los medios.
Cerca de 1.140 personas fueron asesinadas y cerca de 250 raptadas y conducidas a Gaza durante los ataques del 7 de octubre contra comunidades israelíes. Un total de 130 personas, tras casi seis meses de iniciada la guerra, siguen estando en poder de Hamás.
La ofensiva israelí ha causado la muerte de más de 32.700 personas en Gaza y destruido barrios enteros, mientras el Gobierno de Netanyahu ha justificado la guerra, así como su resistencia a un pacto total, con la necesidad de acabar con Hamás y devolver los rehenes a casa.
Sin embargo, es incierto el número de integrantes de Hamás que han muerto en combate. Israel los cifra en unos 10.000, pero es una información difícil de corroborar debido a que Hamás no publica recuentos sobre sus bajas y por la escasa presencia de prensa independiente en el lugar.
Respecto a los rehenes, Israel solo ha logrado liberar con su operación armada a tres de todos los secuestrados y el mayor número de rehenes que han regresado lo hicieron mediante un acuerdo de intercambio de prisioneros con Hamás en noviembre (un total de 105), mientras que otros cuatro fueron liberados de forma unilateral por Hamás.
Para la próxima semana hay una nueva protesta convocada por las familias de los rehenes en las calles de Jerusalén.
Reuters/ AFP/