Bruselas.- Este miércoles 29 de mayo, el Ejército ucraniano buscó limitar los avances rusos en la zona de la nueva ofensiva en la región de Járkiv, donde las fuerzas rusas pasaron a la defensa activa en la zona más próxima a la capital regional, cerca del pueblo de Liptsi, y han perdido algunas posiciones en Vovchansk (este), donde continúan los combates callejeros, según el analista militar Kostiantyn Mashovets para el grupo «Resistencia Informativa».
Mientras, Rusia progresa en el este, donde sus fuerzas amenazan Pokrovsk, en la región de Donetsk. La zona entre Pokrovsk, controlada por Ucrania, y Avdivka, capturada por Rusia, sigue siendo la zona donde los combates son más intensos de la línea del frente, según el Estado Mayor ucraniano.
El martes se produjeron allí 25 asaltos, frente a 7 en la zona de la ofensiva en Járkiv.
La ayuda a Kiev, en el centro del debate
Mientras prosigue la ofensiva en Ucrania, los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se preparan para debatir el viernes 31 de mayo un paquete de apoyo militar a Kiev propuesto por el jefe de la alianza, Jens Stoltenberg, y que debería ser acordado en una cumbre en Washington en julio.
Ante la incertidumbre sobre el futuro apoyo de Estados Unidos a Ucrania debido al posible regreso del expresidente Donald Trump a la Casa Blanca, Stoltenberg ha propuesto otorgar ayuda militar a Kiev a más largo plazo, junto con un compromiso financiero plurianual.
Pero los 32 países miembros de la OTAN tienen opiniones diferentes sobre el plan. Los ministros intentarán reducir esas divisiones en su reunión en Praga esta semana.
Estos son los elementos claves del plan del secretario general de la OTAN y las cuestiones que deberán resolverse antes de la cumbre de Washington del 9 al 11 de julio, según funcionarios y diplomáticos.
Coordinación de la OTAN
Stoltenberg ha propuesto que la OTAN asuma la coordinación de la ayuda militar internacional para Ucrania, dando a la alianza un papel más directo en la guerra contra la invasión rusa, sin llegar a comprometer sus propias fuerzas.
La OTAN se haría cargo de la coordinación de las donaciones y suministros de armas del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania liderado por Estados Unidos, una coalición ad hoc de unas 50 naciones, también llamada grupo Ramstein, que lleva el nombre de una base aérea estadounidense en Alemania donde se reunió por primera vez.
La alianza también coordinaría el entrenamiento de las fuerzas ucranianas, una actividad en la que tanto la Unión Europea como Reino Unido están fuertemente involucrados.
La medida es ampliamente vista como un esfuerzo por proporcionar un grado de «protección contra Trump» (en caso de que este volviera la Presidencia de EE. UU.) al poner la coordinación bajo el paraguas de la OTAN, dando al personal militar de la alianza más autonomía para continuar con el trabajo con menos participación política directa.
Pero los diplomáticos reconocen que tal medida tendría un efecto limitado, ya que Estados Unidos es la potencia dominante de la OTAN y proporciona la mayor parte del armamento a Ucrania. Así que si Washington quisiera recortar la ayuda occidental a Kiev, aún podría hacerlo.
La OTAN también tendrá que superar la resistencia del primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien ha dejado claro que su país no participará en el nuevo esfuerzo, argumentando que acerca a la alianza a una guerra catastrófica con Rusia.
Otros miembros de la OTAN y la Unión Europea han expresado su frustración por el persistente bloqueo húngaro de la ayuda a Ucrania, que según ellos se alinea con los intereses de Rusia.
Incluso el nombre del futuro esfuerzo de la OTAN es polémico. Alemania se opone a que se la llame «misión», por miedo a dar la impresión de que la OTAN va a la guerra con Rusia.
La OTAN también tendrá que superar las preocupaciones de Ucrania de que poner la coordinación bajo la OTAN pueda asustar a los países fuera de la alianza que no quieran asociarse con ella.
Promesa financiera
Stoltenberg ha propuesto que los aliados hagan un gran compromiso financiero plurianual de ayuda militar a Ucrania , para que el país pueda planificar mejor y enviar una señal tanto a Kiev como a Moscú de que Occidente seguirá comprometido a largo plazo.
Los funcionarios han propuesto la suma de 100.000 millones de euros (108.130 millones de dólares) durante los próximos cinco años, aunque Stoltenberg no ha mencionado públicamente una cifra.
Esta parte del plan ha topado con resistencia y escepticismo entre algunos aliados, quienes argumentan que los países no pueden comprometer sumas tan específicas con años de anticipación, particularmente cuando futuras elecciones podrían cambiar las políticas sobre Ucrania .
Otros detalles aún no están claros, como cómo se calcularía el monto total y las contribuciones de cada país.
Aspiraciones de membresía
En la cumbre de la OTAN del año pasado en Vilna, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sorprendió a los líderes de la OTAN con un estallido de enojo en las redes sociales cuando quedó claro que su país no recibiría una invitación formal para unirse a la alianza.
La línea oficial de la OTAN es que Ucrania se unirá a la alianza algún día, pero no mientras el país esté en guerra.
«El futuro de Ucrania está en la OTAN», declararon los líderes de la OTAN en la cumbre de Vilnius.
Desde entonces, múltiples aliados han firmado acuerdos bilaterales para dar armas y otro tipo de apoyo a Kiev para cerrar la brecha hasta que se convierta en miembro de la OTAN, quedando así bajo la cláusula de defensa «todos para uno, uno para todos» del Artículo 5 de la alianza.
Pero Ucrania y algunos de sus partidarios de Europa del Este dentro de la OTAN continúan presionando para obtener una invitación, o al menos un camino más claro hacia la membresía. Los funcionarios de la OTAN están deliberando sobre la posibilidad de idear un nuevo lenguaje para una invitación en Washington.
«La membresía de Ucrania seguirá siendo el elefante en la habitación», dijo una fuente militar.
Mientras que los europeos del este presionan por una rápida adhesión de Ucrania , Estados Unidos y Alemania lideran un campo más cauteloso.
Reuters/